Economía y Política

Leo Mahoney: El magnate de la sal

Unos US$ 40 millones fue el total de la inversión de Mahoney para su codiciado proyecto minero en Chile, tras seis años de disputa.

Por: | Publicado: Miércoles 30 de abril de 2008 a las 21:38 hrs.
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El norteamericano Leo Mahoney no parece el millonario productor de la sal que es en su país. Su especial sombrero -parecido al que Magritte inmortalizó en una de sus pinturas más recordadas-, su apariencia relajada y su infaltable puro, encubren al nuevo empresario de la sal para deshielo en Chile, que tomó el bastón del empresario José Yuraszeck, con disputa incluida, tras la venta de Sal Lobos a la alemana K+S (ver recuadro).

A través de la empresa Minera Cordillera instaló e inauguró la semana pasada en Iquique una planta de producción de sal en la que invertirá US$ 10 millones. El proyecto considera la explotación del Salar Grande, mediante el método de rajo abierto. Dentro de Cordillera estiman que la producción sería cercana a 1,5 millón de toneladas anuales, las que saldrán a Estados Unidos a través de Puerto Patache.

Entre el puerto y la mina, Mahoney se gastó más de US$ 40 millones. Sostiene que se demorará en recuperar la inversión pero que valió la pena.

-¿Cómo se siente al abrir su primera planta en Chile?

- Llevamos 8 días en el país. La inauguración resultó muy buena, bonita y colorida. Fue muy impresionante. A lo largo de los años para nosotros ha sido muy importante contar con este tipo de lugares alrededor del mundo. Por muchos años quisimos entrar aquí y es muy positivo haber llegado al fin. Lo importante es desarrollar el puerto y tratar de hacerlo lo más accesible.

Puerto Patache se suma nuestras dos terminales en Estados Unidos y a la de Irlanda del Norte.

-¿Qué importancia tiene Chile en el desarrollo de su negocio?

- Compramos la pertenencia minera en 1976, y decidimos el 2006 adquirir el puerto de Patache para poder poner en marcha el proyecto minero. Es imposible desarrollar el proyecto minero sin tener desarrollado el proyecto portuario.

Elegimos Chile en 1973. Buscábamos un lugar que estuviera cerca y que tuviera un depósito de sal en el desierto y con un posible desarrollo portuario. Las cosas cambiaron rápidamente, eso sí. Algunas veces los números te acompañan y otras veces no.

-¿Si le digo el nombre de José Yuraszeck, qué siente?

- Es un buen hombre de negocios. El tenía más un problema con nosotros, que nosotros con él. Nos retrasó nuestra llegada a Chile y retrasó nuestro proyecto del 2001 al 2006.

El es el principal culpable de nuestro retraso. Una vez lo vimos hace algunos años y no nos pidió perdón, porque el quería monopolizar el negocio de la sal en Chile. Ahora que no está en el negocio, es mejor para nosotros.

-¿No le preocupa la situación económica de Chile?

- No para nada. De hecho la situación está peor en Estados Unidos. Hemos invertido US$ 40 millones en el último año, creo que la situación de Chile es muy fuerte. Sobretodo porque ésta es una inversión a largo plazo y estamos contentos de estar aquí. Chile es el país más sólido de Sudamérica. De hecho queríamos invertir hace muchos años aquí, pero no nos resultó.

-Pero ahora le resultó

- Las cosas cambian. Como he dicho, este momento es muy bueno en Chile para invertir. Vemos que el peso sube, eso me indica que mucha gente en el mundo financiero piensa que el peso es muy fuerte y que el dólar es muy débil. Casi el 100% de nuestra producción es para ser exportada a nuestros puertos de Boston.

-¿Y competir en Chile?

-Entrar a competir con nuestro producto en Chile no está en nuestros planes por ahora, pero no lo descartamos. Son nuestros planes por este año por lo menos, porque necesitaremos en Estados Unidos todo lo que produzcamos. Tuvimos un muy buen invierno el año pasado y esperamos que se repita.

En el futuro quizás nos expandiremos, pero por ahora no. Esperamos en el futuro poder desarrollarnos mucho más el mercado del ácido sulfúrico y de los derivados de la sal.

-¿Una posible recesión en EE.UU. los afectaría de alguna manera?

-No, para nada. Nos hemos visto afectados por el clima, eso es lo que nos afecta. Si la economía no está muy bien nos da lo mismo, si el clima no está horrible, nos perjudica. El 90% de nuestra producción corresponde a los deshielos de carreteras. Si no nieva, no nos sirve.



La ley del hielo

-¿Está en sus planes competir en mercado de consumo humano en Chile?

- Nos costará algunos años alcanzar una sal de buena calidad para comercializar en Chile. La que usamos en el deshielo en EE.UU. no necesita tener tanta calidad. Por años, nuestro negocio ha sido la sal para el deshielo de carretera y lo otro tendremos que analizarlo bien.

Queremos enfocarnos primero en nuestro negocio principal. Tenemos un mercado muy grande en EE.UU. y tenemos que abastecer las necesidades de aquel mercado. Estamos buscando satisfacer ese mercado antes de expandirnos, ya que no somos los líderes en EE.UU. Seguramente en Massachussets somos los líderes, pero de todas formas estamos entre las 10 primeras de la costa este.

-¿Por qué la sal que explotan no tiene calidad para consumo humano?

- La razón es que el yacimiento sedimentario se va explotando en forma horizontal y tiene una diferenciación de calidad según la capa que abras. Nosotros estamos recién trabajado los niveles más superiores y esos están levemente contaminados y sólo pueden ser utilizados para el deshielo de carreteras. El resto de los negocios irán avanzando según lo que nos encontremos más abajo, según qué calidad de sal exista.

-¿Qué tipo de factores afectan a la industria de la sal?

- Este negocio depende mucho de factores como el climático, todo tiene que ver con cuánta nieve cae en Canadá o EE.UU. Otro elemento clave es el flete, que hoy está muy alto.

El valor del petróleo está caro, China e India han demandado muchísimos barcos. ¿Qué esperamos?, que el mercado se ajuste y que los armadores manden a hacer más barcos y aumente la oferta de éstos y se regulen los precios. La economía global está cediendo un poco, seguramente el flete va a bajar pero hoy está especialmente caro.

Sus inicios en Chile

Leo Mahoney es un reconocido empresario norteamericano de la sal. Quienes lo conocen aseguran que es fiel a sus raíces irlandesas por sobre todas las cosas. A sus 78 años continúa siendo el CEO de su holding, Eastern Mineral Salt, de comercialización de sal y la administración de un terminal en el puerto de Boston.Su hija Shelagh, gerente general del holding, viaja con él a todos lados, junto a sus cinco hijos.En Chile sólo se dedica a trabajar. Es una costumbre que se reúna con los abogados de Cariola Diez y Pérez-Cotapos, preocupado sólo de los temas legales. El Hotel Sheraton es su destino preferido y uno de los pocos lugares que visita en la capital, y en sus horas libres, va a la iglesia de Nuestra Señora de Los Ángeles en el barrio El Golf, ya que es un católico devoto.

Leo Mahoney llegó a Chile en 1973, debido a que en el país se encontraba el Salar de Tarapacá, la mayor mina de sal común a rajo abierto del mundo, una posición soñada para la expansión de su negocio. Viajó de Boston, su ciudad natal, a Chile poniéndose en contacto con Eulogio Pérez-Cotapos, socio fundador del Estudio Cariola Diez Pérez-Cotapos. El jurista, en representación del empresario norteamericano, compró un porcentaje cercano al 3% de la mina, el que mantiene hasta hoy bajo el alero de Compañía Minera Cordillera. No fue hasta el 2001 que Mahoney quiso desarrollar su proyecto en Chile, pero no le fue tan fácil. El empresario José Yuraszeck, en ese tiempo controlador de Sal Lobos, habría comenzado a aumentar su presencia en el mercado estadounidense, lo que molestó a Mahoney. Decidió entonces dejar de comprarle sal a los chilenos y comenzar sus propia explotación y distribución del mineral. Endesa licitó el Puerto Patache y Mahoney no dudó en postular.

Sal Lobos también entró a la contienda, que terminó con una victoria del norteamericano. Pero según fuentes cercanas al proceso, Yuraszeck no se habría quedado en paz y habría iniciado una serie de acciones legales para paralizar el traspaso del puerto. Mahoney se cansó de las disputas y emigró a Egipto y Grecia.

Las puertas de Chile se reabrieron para él cuando Sal Lobos fue adquirida por el grupo alemán K+S, que estableció una cláusula para que José Yuraszeck no pueda ingresar al negocio de la sal por un tiempo.

Ahora es Leo Mahoney el que sonríe, ya que al fin, y tras siete años de espera, conquistó Patache y se apronta a producir y vender el 100% de su sal chilena en Estados Unidos, para el deshielo de carreteras.

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