Economía y Política

Rodríguez Zapatero asegura que "España no bajará a la segunda división" de economías

Al gobierno español le ha sido difícil convencer a los economistas tanto de la credibilidad de su plan de austeridad como de su compromiso para restaurar la competitividad perdida.

Por: | Publicado: Sábado 17 de abril de 2010 a las 05:00 hrs.
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España implementará su plan de austeridad para recortar el déficit “a cualquier costo” e introducirá medidas más duras si es necesario.

Así de enfático es el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, fuertemente criticado por evitar reconocer a tiempo la gravedad de la crisis económica española-.

“Hemos tenido que hacer un gran esfuerzo en gasto público para dotar de protección social a los desempleados”, sostiene. Si bien insiste que es un optimista y cita al ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton, al decir que el pesimismo nunca ha creado un solo puesto de trabajo.

Por eso Rodríguez Zapatero asegura estar decidido a tomar las medidas impopulares necesarias para recortar el déficit español, hinchado por el gasto público. "Tenemos un plan - creíble y cuantificado-  que ya hemos empezado a poner en marcha".

E insiste en "esperar a ver cómo terminamos 2010 y dónde estamos en el presupuesto y si estamos cumpliendo nuestros objetivos y, por supuesto, si tenemos que hacer más recortes o demandar más austeridad, entonces lo haremos".

Por ahora el plan concreto es recortar el gasto público en inversiones en 13% en los próximos tres años, 35% en transferencias a los gobiernos regionales, "y como dijimos a principios de año, que íbamos a cortar el gasto en otros cinco mil millones de euros, y fue aprobado por el gabinete inmediatamente".

Y es que Rodríguez Zapatero y el gobierno español están ansiosos por distinguir a su país de Grecia, donde el costo de emitir deuda se ha disparado en las últimas semanas, entre las predicciones de que requeriría un rescate de otros países de la eurozona y del Fondo Monetario Internacional para evitar el impago de su deuda soberana.

Al gobierno español, sin embargo, le ha sido difícil convencer a los economistas tanto de la credibilidad de su plan de austeridad como de su compromiso a largo plazo para restaurar la competitividad perdida con una reforma del mercado laboral.

El plan español de austeridad, introducido apresuradamente a finales de enero, busca reducir el déficit del 11,2% del PIB en 2009 al objetivo que exige la Unión Europea del 3%, en 2013.

Las medidas incluyen recortes en el gasto gubernamental, la casi congelación de la contratación de funcionarios para reducir tanto su número como la factura que implican sus salarios, así como algunas alzas de impuestos.

Semejante recorte representa un reverso de la política española, que hace sólo unos meses se centraba en el gasto de emergencia para ralentizar el aumento del desempleo y evitar la depresión. "Hemos tenido que hacer un gran esfuerzo en gasto público para dotar de protección social a los ciudadanos desempleados y para reforzar la producción y la actividad tan lejos como pudimos", señaló Rodríguez Zapatero.

"Pero ahora que el déficit ha llegado a un punto que es insostenible, estamos igualmente determinados a reducirlo y tenemos un plan a tres años para hacerlo", enfatiza.

La economía española creció al calor de un repunte de la construcción hasta que la crisis global estalló hace dos años. Desde entonces, se ha hundido en la recesión y el desempleo ha superado las cuatro millones de personas, o casi una quinta parte de la fuerza laboral.

"No podemos compararnos con otras economías si no consideramos el gran peso del sector construcción. Pero queremos introducir nuevas medidas para reducir las horas de trabajo, reformar la negociación colectiva, y queremos hacerlo a través de un acuerdo", precisa el mandatario. "Y bueno, el desempleo es el gran problema social de España. Como presidente debo referirme al pasado -en 2007 el desempleo estuvo en su mínimo histórico, en 7,9%, algo por debajo del promedio europeo.  Creamos tres millones de trabajos durante mi último período en el cargo pero crisis ha traído una severa destrucción de la fuerza laboral".

En un informe reciente sobre España, Diana Choyleva, economista de la consultora Lombard Street, asegura que la rigidez del mercado laboral español, un colapso en la tendencia de crecimiento de la economía y la falta de flexibilidad de los tipos de cambio han creado "una amenaza recurrente que probablemente condenará a la economía [española] a anémicos años de crecimiento".

Rodríguez Zapatero, no obstante, insiste en que España no "bajará a la segunda división" de economías.

"Sí, los tiempos están difíciles, pero estaremos en la primera división, con los países fuertes. Para ser honesto, no sé cómo me juzgará la historia. Estoy seguro de que las opiniones estarán divididas, como es normal en democracia. Creo que lo que cuenta es haber sido leal a mis compromisos, haber actuado y otra cosa es haber aceptado mis errores".

Por lo mismo, "España ha conseguido grandes cosas en sus treinta años de democracia, pero también ha pasado por dificultades. Ahora pasamos por un momento difícil, pero saldremos de éste", asegura. "Lo dejaremos atrás y si hacemos las cosas bien, saldremos fortalecidos".

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