Chrysler presentó la
solicitud de quiebra ante el Tribunal de Quiebras del distrito
meridional de Nueva York.
El presidente de Chrysler, Bob Nardelli, dijo a través de un
comunicado que "aunque no fue posible llegar a un acuerdo total,
estoy realmente agradecido por todo lo que ha sido sacrificado por
parte de muchas partes interesadas de Chrysler, para llegar a un
acuerdo de principio con Fiat".
Nardelli añadió que estaba "desilusionado" por la necesidad de
acudir a los tribunales para continuar con la reestructuración de
Chrysler.
"Aunque estoy motivado por la creación de una alianza global,
estoy personalmente desilusionado que hoy Chrysler ha solicitado la
quiebra. Esta no era mi primera elección", afirmó Nardelli.
La empresa añadió que presentará una moción para solicitar la
rápida aprobación del tribunal del acuerdo con Fiat y la venta de
los activos principales de Chrysler a la nueva compañía.
Bajo las leyes estadounidenses, una vez que una empresa solicita
la quiebra en los tribunales, todas las decisiones de la sociedad
tienen que ser aprobadas por un juez.
Chrysler dijo que este proceso debería resultar en la aparición
de una nueva compañía "más concentrada" en 30 ó 60 días.