El Gobierno de Suecia reiteró hoy su
rechazo a la nacionalización del fabricante de automóviles Saab para
evitar su quiebra, por lo que la marca sueca podría desaparecer si
no encuentra un comprador en los próximos meses.
El grupo norteamericano General Motors (GM), propietario de Saab,
advirtió el martes de que el fabricante sueco podría declararse en
quiebra este mismo mes si no recibe ayuda estatal del país nórdico.
En una rueda de prensa celebrada hoy, la ministra sueca de
Industria, Maud Olofsson, señaló que su Gobierno estaría dispuesto a
avalar un eventual crédito del Banco Europeo de Inversiones para
intentar salvar a Saab, pero descartó la compra del fabricante
sueco.
"El Gobierno ha cerrado la puerta a la posibilidad de adquirir
fábricas de automóviles. No es nuestro plan ni nuestra estrategia de
negocio, y creemos que no sería una alternativa realista", declaró
la ministra a los medios suecos.
"No estamos dispuestos a poner en riesgo el dinero de nuestros
contribuyentes. No se trata de billetes de Monopoly", añadió.
El secretario de Estado de Industria, Jöran Hägglund, quien ha
negociado con GM el futuro de su filial sueca, recordó que Saab
lleva varios años arrastrando pérdidas, y señaló que una inyección
de dinero público no lograría convertir al fabricante en una empresa
rentable.
Además, la ministra sueca de Industria afirmó que se siente "muy
decepcionada" con GM y criticó duramente la manera como el mayor
grupo mundial de automoción pretende deshacerse de Saab después de
dos décadas como propietario mayoritario.
"No han tomado ninguna responsabilidad como dueños de Saab y
ahora pretenden trasladar esa responsabilidad a los contribuyentes
suecos", declaró Olofsson.
Saab emplea a unos 4.100 trabajadores en Suecia, la gran mayoría
en la fábrica de Trollhättan (suroeste del país).