Empresas

La apuesta tecnológica de los hermanos Carey

En una tradicional familia de abogados, optaron por otro camino. Sin embargo, hoy ofrecen soluciones tecnológicas a los bufetes de la plaza

Por: | Publicado: Viernes 11 de abril de 2008 a las 21:16 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Las tradiciones pesan. Si no, pregúntele a Sebastián y Antonio Carey. Miembros de una familia de abogados –son hijos de Jorge Carey- y con algunos años en la escuela de derecho, decidieron no seguir los pasos de su padre. Pero hoy, igual trabajan en el mundo legal, desde otra plaza: la tecnología.

Un área que le permitió a Sebastián convertirse en gerente general de Carey & Cía a fines de 1994. “El sistema informático era un desastre y yo llegué a cambiar la plataforma computacional. Al hacerlo, me tuve que meter en distintas áreas –como la cobranza- y a los 4 meses me pidieron que me quedara para que les administrara no sólo la tecnología”, cuenta Sebastián, quien fue protagonista del explosivo crecimiento del estudio.

Antonio también trabajó en Carey & Cía, en el departamento tecnológico. Igual que su hermano, pasó por un par de carreras, las que nunca terminó. ¿De dónde nace su gusto por la computación? “Cuando tenía 20 años, me hackearon el computador y me indigné”, dice Antonio, quien planeando su venganza se dio cuenta de que tenía dedos para las teclas.

El año 2001, Sebastián invitó a su hermano Antonio a crear un proyecto propio. Así nació Tecnolex, una empresa que ofrece soluciones tecnológicas para los estudios de abogados, lo que incluye el manejo del sistema de cobranza y de la documentación, garantizando la confidencialidad en la información. De hecho, operan con claves de seguridad y los abogados reciben los códigos en la blackberry.

Para el sistema documental trabajan con el programa Work Site, al que se accede mediante el Outlook Express, donde –según Sebastián- “viven” los abogados. “La cantidad de mails que reciben es impresionante, mucho más que cualquier industria y la idea es no hacerlos perder tiempo al cambiarse de un sistema a otro”, explica. La ventaja de este programa es que permite guardar las materias de los abogados en espacios de trabajo distintos. Un cliente puede, por ejemplo, tener un juicio y eso se guarda en un espacio de trabajo y si está viendo una fusión o adquisición, eso se guarda en otro espacio. 

El manejo de la información de un estudio exige la máxima seguridad. Por eso, todo cuenta con respaldo en una bóveda contra fuego, de la empresa GTD. “Está en el anillo de La Moneda, por lo que si se corta la luz, Chilectra está obligada a levantarla en cuestión de minutos”, dice Antonio.  Los equipos de Tecnolex están al final del Datacenter, resguardados por una reja extra para redoblar la seguridad. Según Sebastián Carey, es imposible que en la bóveda se confunda la información de los clientes, pese a que los servidores están a sólo unos metros de distancia.



El despegue

Partir nunca es fácil. Y a los Carey se les sumó una dificultad adicional: “mucha gente nos preguntaba si estábamos locos, porque nadie le entregaría a dos Carey toda su información”, recuerda Sebastián. De hecho, durante un año tuvieron sólo un cliente: Carey & Cía. Hoy atienden a 8 estudios grandes, entre ellos Guerrero & Harnecker;  Philippi, Yrarrázaval, Pulido & Brunner; Barros & Errázuriz;  Alessandri & Compañía; Álvarez, Hinzpeter, Jana, y la gerencia de asuntos legales de D&S.

“Conozco muy bien la industria de los abogados, sé lo que hay que decirles y lo que no” acota Sebastián. De hecho, “si hay algo que les carga es cobrar”. Por eso, Tecnolex creó un software para la cobranza que permite centralizar los pagos, la facturación y el seguimiento de morosos.

Tecnolex trabaja con abogados y cobra igual que los abogados: “nosotros administramos la infraestructura tecnológica y cobramos un honorario que no tiene nada que ver con los gastos, que se traspasan al cliente”, comenta Sebastián.

Trabajan con estudios grandes, ya que la tecnología que ofrece resulta cara o sencillamente muy sofisticada para los más pequeños. “Hoy en día, en general, los departamentos de informática de los estudios se manejan a nivel de ‘maestro chasquilla’” aclara Sebastián. “Cuando todo funciona bien, los abogados no piensan en invertir en tecnología, pero cuando tienen problemas ahí se dan cuenta de que es necesario” agrega Antonio.

Por eso, sus planes de expansión están fuera de las fronteras. “Tenemos contacto con los principales estudios de abogados de Argentina, Perú, Colombia y México. Nuestro tema es global. Estamos usando servicios que están afuera de nuestra empresa, eso no está pasando para nada en el mercado nacional”, concluye.

Lo más leído