La estatal Enami y su filial Enami Litio (Enali) se hicieron parte como terceros independientes en la causa que lleva el Consejo de Defensa del Estado (CDE) para oponerse a las servidumbres solicitadas por la francesa Eramet en terrenos donde se emplaza el proyecto Salares Altoandinos, que la minera chilena busca desarrollar en conjunto con la multinacional Rio Tinto.
La europea pidió servidumbres en las áreas con mayor concentración de litio, lo que, según Enami, solo pudo haber conocido con la información confidencial que le entregó.
Según Enami, representada por su fiscal Javiera Estrada y por el ingeniero Nicolás Pacheco de parte de la filial Enali, “la servidumbre cuya constitución ha sido solicitada en autos afecta directamente”, tanto la “Estrategia Nacional del Litio como los derechos de Enami (...) en tanto empresa del Estado habilitada para explorar y explotar directamente sustancias no concesibles como los derechos de Enali en su calidad de titular de un Contrato Especial de Operación de Litio suscrito con el Ministerio de Minería, para el desarrollo del proyecto de litio denominado Salares Altoandinos”.
En mayo pasado, la minera liderada por Iván Mlynarz eligió a Rio Tinto y no a Eramet para hacer la iniciativa, que involucra una inversión de US$ 3.000 millones, en una zona que tiene recursos por más de 15 millones de toneladas del llamado “oro blanco” y producirá unas 60.000 toneladas de carbonato de litio equivalente (LCE) al año 2032.
En julio, la francesa inició en el 1° Juzgado Civil de Copiapó la petición para constituir servidumbres mineras por 283 concesiones que en total abarcan una superficie de 80.000 hectáreas en la zona de los Salares Altoandinos, en concreto en las cuencas Aguilar, La Isla, Grande, Agua Amarga y Piedra Parada.
US$ 3.000 millones es la inversión de Salares Altoandinos
Tal como lo señalan los documentos legales, todo eso es parte de un proyecto mayor donde Eramet es titular de un total de 361 concesiones mineras constituidas, abarcando una superficie global aproximada de 101.419 hectáreas. La idea, explicó la francesa en los documentos al tribunal copiapino, es desarrollar diversos proyectos de minería no metálica.
Pero Enami no lo interpretó así. En el escrito ante el juzgado de Copiapó, explica que Eramet "carece verdaderamente de un proyecto de exploración de minerales no metálicos, por lo que es forzoso concluir que el verdadero propósito de su supuesto "proyecto" es intentar obstaculizar el proyecto de litio Salares Altoandinos".
De hecho, en ese escrito dice que donde la minera gala pide servidumbres en el salar Aguilar, por ejemplo, "coinciden con las áreas de mayor concentración de litio" y acusa que ese hecho "sólo pudo haber conocido con la información técnica que Enami le entregó bajo deber de confidencialidad". La estatal dijo que invirtió US$ 10 millones en sondajes en la zona.
Por su parte, Eramet invirtió casi US$ 100 millones en adquirir propiedad minera en el área y argumentó que por ello busca contar con la servidumbre, que le permite hacer obras en ese territorio. Pero Enami estimó que compró estas concesiones “La finalidad para la cual fueron adquiridas las concesiones mineras de Eramet fue abierta y públicamente declarada por sus propios ejecutivos” en orden a “desarrollar oportunidades de litio en Chile” y no otro tipo de proyectos.
Es más. A juicio de la estatal “las concesiones en cuestión tenían para Eramet un objeto claro: ser seleccionada directamente por Enami y/o mejorar su posición negociadora en el referido proceso de selección".