Alemania
sufrirá en 2009 la peor recesión desde la II Guerra Mundial, con un retroceso del Producto
Interno Bruto (PIB) del 2,25 % y una caída de las exportaciones, el principal
motor de su economía, de casi el 9%.
Ese es el
mensaje rotundo que transmitió hoy el ministro de Economía, Michael Glos, al
presentar en Berlín las previsiones económicas del Gobierno para este año.
"Me
niego a hablar de crecimiento negativo. A mi me gusta decir las cosas
claramente y por eso hablo de retroceso económico", dijo el político
socialcristiano al presentar las cifras.
Pese a
todo, Glos advirtió de las consecuencias negativas que puede tener dibujar un
panorama demasiado pesimista y por eso subrayó que el Gobierno ve ya primeros
claros de luz para la segunda mitad de año.
"Estamos
en condiciones de superar la crisis", subrayó y añadió que, en comparación
con otros países, Alemania todavía tiene la suerte de haber entrado en la
situación actual con unos presupuestos bastante consolidados y una economía
robusta.
De momento,
la crisis no ha tocado fondo y, a su juicio, los problemas de bancos y mercados
en el mundo todavía se acentuarán.
"Las
turbulencias en los bancos todavía no se han superado. Basta con mirar, por
ejemplo, la caída del 20 % sufrida ayer mismo por el Citigroup", dijo.
Para el año
en curso, las previsiones de su departamento parten de un claro derrumbe de las
exportaciones, de concretamente un 8,9 %, y de las importaciones, de un 5 %;
las inversiones en bienes de equipo caerán previsiblemente un 11,9 %.
El consumo
privado, en cambio, que durante años fue el punto flaco de la economía alemana,
registrará un crecimiento, aunque mínimo, del 0,8 %.