La presidenta argentina, Cristina
Fernández, puso hoy en marcha una ampliación de la mayor red de
gasoductos del país que permitirá aumentar en 1,7 millones de metros
cúbicos la oferta de gas en Buenos Aires y su populoso conurbano.
Las obras, que llevará a cabo Transportadora de Gas del Sur
(TGS), forman parte de un plan gubernamental para afrontar la
creciente demanda energética y evitar que el país sufra una crisis
como la del año pasado, cuando debió racionar el gas y la
electricidad.
TGS, la mayor distribuidora de gas en Argentina, es controlada
por un consorcio entre la brasileña Petrobras Energía (50%), un
fideicomiso del holandés ABN Amro Bank (40%) y la estadounidense
Enron Corp (10%).
Fernández volvió a responsabilizar a "la especulación financiera"
por el alza de los precios internacionales de los alimentos y el
petróleo, el trasfondo del largo conflicto que mantuvo con el sector
agrario por el alza de impuestos a la exportación de granos.
El Gobierno viene de sufrir un duro golpe la semana pasada,
cuando el Senado rechazó una polémica subida de impuestos a las
exportaciones de granos con el voto decisivo del vicepresidente del
país, Julio Cobos.