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China espera que Navidad salve a industria juguetera

La crisis financiera, la caída del dólar y los escándalos que han rodeado a la producción, ha golpeado duramente al sector.

Por: | Publicado: Viernes 12 de diciembre de 2008 a las 08:41 hrs.
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Un 75% de los juguetes que se venden en la UE y en Estados Unidos procede de China, un país cuya industria juguetera se ha visto gravemente golpeada en los últimos años por la crisis y los escándalos, y que confía que las próximas fiestas navideñas sean su tabla de salvación.

 

Con miles de pequeños fabricantes cerrando sus puertas (la propia industria china calcula que unos 2.000 no resistirán la crisis) y decenas de miles de obreros perdiendo sus empleos, el sector chino de los juguetes, que da empleo a tres millones de personas, intenta consolarse con la pronta llegada de unas fiestas en las que suele colocar un 40 % de sus ventas anuales.

 

"Este negocio no debería sufrir tanto ante la crisis. Los padres están dispuestos a gastar menos en otras cosas, pero no en juguetes: sus niños sólo son niños una vez en la vida", aseguró a Efe la secretaria general de la Asociación China de Juguetes, May Liang.

 

Liang reconoció que la crisis financiera, la subida del precio del yuan frente al dólar y el euro, y los escándalos por juguetes tóxicos del año pasado han hecho mella en el sector, pero aseguró que la industria china "tiene 30 años de experiencia en ventas al extranjero" y puede salir del atolladero.

 

Otros empresarios chinos dentro del sector no se muestran tan optimistas: en septiembre, Wang Zhiguang, vicepresidente de las jugueteras de Cantón (de donde salen gran parte de las exportaciones chinas) auguraba que de las 3.800 fábricas de juguetes cantonesas, la mitad se verían obligadas a cerrar en 2009 ó 2010.

 

Ya en octubre comenzaban a descender (en torno al 20 %, según algunos fabricantes) los pedidos procedentes de Europa y Estados Unidos, los grandes mercados de los juguetes chinos, y aparecían noticias alarmantes como el cierre de una fábrica de Smart Union (proveedora de Mattel o Hasbro) que dejaba en la calle a 7.000 trabajadores.

 

Un mes después, también en Cantón, más de 500 trabajadores despedidos de una empresa juguetera de Dongguan (Kaida Toy) se enfrentaron a la dirección y las fuerzas de seguridad en protesta por su despido y las bajas indemnizaciones que iban a recibir por él.

 

Liang intenta poner tranquilidad ante esto, señalando que los casos que aparecen en la prensa son sólo una pequeña parte del sector, pero al mismo tiempo reconoce que su asociación atraviesa problemas y presiona al Gobierno chino para que juntos busquen una solución.

 

Ya han logrado, destacó, que el pasado mes se aumentaran un 3 % las devoluciones fiscales por exportación a las jugueteras chinas, y continúan buscando que las políticas de incentivos al consumo dictadas por Pekín tengan efectos también en su sector.

 

Una de las soluciones para las jugueteras chinas sería depender menos del exterior -el 80 % de lo que producen es destinado a la exportación- y se dedicaran más al gigantesco y apenas desarrollado mercado interior pero, según la secretaria general, no es sencillo.

 

"El sistema de distribución está muy poco desarrollado en China", se queja Liang.

 

En los centros comerciales chinos, la sección de juguetes es apenas un rincón olvidado de las tiendas, y todavía no existen grandes hipermercados dedicados sólo al juguete, al estilo de la multinacional Toys"R"Us.

 

Además, añadió, "los padres chinos todavía no valoran de la misma forma que los extranjeros la importancia de los juguetes y el tiempo libre para sus hijos", que normalmente pasan su infancia estudiando muchas más horas que los occidentales.

 

La industria china del juguete, una de las más dependientes de la demanda exterior, ha sido junto a la textil una de las más afectadas por la progresiva subida del yuan, que en tres años se ha revaluado un 20 % con respecto al dólar (pese a ello, Washington opina que aún no es suficiente).

 

La crisis financiera ha echado sal en esta herida, arruinando a marcas de juguetes que invirtieron en compañías afectadas y disminuyendo la confianza de los consumidores de Europa y EEUU, aunque será en Navidad cuando se conozca si Papá Noel va este año o no más ligero en su trineo.

 

Otros factores, como la creación de leyes laborales más estrictas en China -imponiendo salarios mínimos e indemnizaciones por despidos- también han contribuido al final de muchas pequeñas jugueteras.

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