China dio a conocer una nueva normativa que estipula que las autoridades no pueden encubrir información pública con la excusa de que es un secreto de Estado, lo que los medios estatales consignaron como un movimiento hacia una mayor transparencia en el gobierno.
Esto ocurre poco después de que se revelara que familiares de altos líderes tuvieran cuentas en paraísos fiscales, lo que fue en detrimento de la credibilidad y popularidad del gobierno del presidente Xi Jinping.
Las nuevas reglas, comunicadas por la agencia estatal Xinhua y citadas por Efe, exigen que los departamentos gubernamentales “no deben definir como un secreto de Estado la información que por ley debe ser pública”.
La medida, que comenzaría a regir el primero de marzo, es un “esfuerzo para aumentar la transparencia del gobierno”.
Asimismo, los funcionarios que descubran que secretos de Estado se han visto comprometidos tendrán que comunicar el problema dentro de 24 horas y serán castigados si lo encubren.
Los funcionarios chinos, en particular a nivel local, a menudo tratan de invocar las leyes de secreto para evitar problemas que podrían conducir a un castigo, como la brutalidad de la policía o los niveles de contaminación, lo que es informado a funcionarios de más alto nivel.