EE.UU. objeta que la ONU tenga un papel formal en instituciones financieras
El FMI y el Banco Mundial deben permanecer independientes a la ONU, afirmó el vocero del país.
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Estados Unidos objetó hoy que las
Naciones Unidas tengan un "papel formal que afectan a las instituciones financieras
internacionales o en la arquitectura financiera internacional", afirmó John Sammis, responsable de la delegación de EE.UU. en los
debates que durante tres días ha celebrado la Asamblea General de la
ONU en busca de soluciones a la crisis global.
Los países dieron mayoritariamente su apoyo a esta función de la ONU, descrita en el documento final de
esta reunión.
Sammis expresó las reservas de Washington ante varios aspectos de
esa declaración final relativos a la gobernanza y aspectos
operativos del funcionamiento de esas instituciones, en particular
las de Bretton-Woods (FMI y BM).
Esas instituciones "tienen reglas de gobierno y, tal como dicen
sus acuerdos constitutivos, son independientes de la ONU", recordó
Sammis, que también subrayó que cualquier decisión sobre su reforma
"es una prerrogativa que corresponde a sus accionistas y a sus
juntas de gobernadores".
El FMI y el BM cuentan respectivamente con una junta de
gobernadores, integradas por un representante de cada país miembro y
en las que cada Estado cuenta con un número de votos proporcional a
los recursos financieros que aportan a esas instituciones.
Proteccionismo
"Estados Unidos cree que cuando los países andan cortos en
reservas de divisas que afectan negativamente a su balanza de pagos,
lo que se debe de hacer es implementar una política monetaria y
fiscal que proporcione respuestas adecuadas y trabajar con las
instituciones que dan préstamos internacionales", puntualizó Sammis.
Señaló que las medidas de carácter comercial "no resuelven los
problemas de balanza de pagos" y subrayó que "se deben de evitar, y
recurrir a ellas solo de acuerdo con las reglas de la Organización
Mundial del Comercio" (OMC).
De esa manera, EE.UU. objetaba el punto de la declaración que
dice que a los países en desarrollo con pocas reservas de capital
debido a la crisis y que por ello ven afectada su balanza de pagos
"no se les debería impedir que adopten medidas comerciales
defensivas" o proteccionistas.
Sammis, que insistió en que ello está ya regulado por el acuerdo
de la OMC y las provisiones del Acuerdo General de Aranceles
Aduaneros y Comercio (GATT) de 1994, subrayó que Washington "no
aprueba el uso de controles de capital".
Para Estados Unidos, en el caso de que se recurra a ellos, solo
pueden ser medidas excepcionales y temporales, que "formen parte de
una reforma económica global y en base a los acuerdos multilaterales
existentes", afirmó.
Sammis agregó que la adopción de medidas para controlar el
capital solo "erosionan la confianza de los consumidores, reducen
los flujos de capital y son inefectivas para superar las crisis".