Por Michael Steen
, Frankfurt
Mientras cada parte involucrada en las negociaciones del rescate de Chipre acusaba ayer al otro de idear la idea de tomar una parte de los depósitos, incluso de ahorristas menores, el papel del Banco Central Europeo (BCE) quedó bajo escrutinio.
Independiente y no electo, el BCE ha tenido un importante rol en los cuatro rescates soberanos de la eurozona, ya sea en el “Eurogrupo” de ministros de Finanzas del bloque monetario que elabora los rescates, y su papel en la “troika” con la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional al monitorear las reformas vinculadas a las ayudas.
Tras el acuerdo del sábado, la pregunta es si el BCE debe estar vinculado a rescates políticamente delicados. El acuerdo inicial, que era renegociado ayer, proponía confiscar 6,75% de los depósitos de los bancos chipriotas de los ahorristas con menos de 100.000 euros y 9,9% con más de esa cifra, para que Chipre aporte 5.800 millones de euros al rescate. Este fue un elemento clave en un año en que se renueva el Parlamento germano, que puede votar estos rescates.
“El desastre chipriota resalta el desafío que enfrenta el BCE por asumir un rol tan central en el manejo de crisis como parte de la troika”, dijo Mujtaba Rahman, analista para Europa de la consultora de riesgo Eurasia Group. “Cualquier cosa que reste credibilidad al BCE dificulta al banco hacer su trabajo”.
El BCE declaró que no estuvo involucrado en la toma de los depósitos de menos de 100.000 euros, una medida que infringe al menos el espíritu de la garantía bancaria de los depósitos de la eurozona de 100.000 euros.
Presentado como un “impuesto”, se dice que el reparto de la carga fue propuesto por Nicosia.
Lo que surge de las negociaciones es que alguna forma de tributo a los depósitos era la única forma de conformar a los principales participantes (Alemania, FMI, la Comisión y el BCE), pero que Chipre quería minimizar el golpe sobre los ahorristas más ricos, muchos de los cuales son inversionistas rusos.
Sin embargo, al anunciar el acuerdo el sábado, el presidente chipriota Nicos Anastasiades básicamente acusó al BCE de forzar el acuerdo al presentar “decisiones que ya habían sido tomadas” porque ya había decidido terminar con el suministro de liquidez a uno de los bancos golpeados por la crisis.
Una fuente cercana al BCE dio una versión diferente. La así llamada asistencia de liquidez de emergencia para los dos principales bancos del país depende del Banco Central de Chipre pero puede ser finiquitada por una mayoría especial del directorio del BCE si cree que el banco es insolvente. El BCE señaló a Chipre que necesitaba un rescate para mantener solvente su sistema bancario, lo que permitió que el suministro de liquidez continuara.