Por Robin Harding en Washington
La meta de Ben Bernanke de hacer más transparente a la Reserva Federal de EEUU podría estarse materializando en medio del debate sobre una nueva declaración de objetivos y estrategia que explicitaría una tasa de inflación preferida, actualmente implícita en torno al 2%.
Un objetivo formal y numérico para la inflación podría convertirse en el legado más duradero de Bernanke como jefe de la Fed. Obligaría a sus sucesores a buscar precios estables; pondría fin a la confusión causada por funcionarios de la Fed con metas levemente diferentes; y al reforzar la determinación de la Fed para controlar la inflación a largo plazo, podría crear espacio para mayor alivio monetario.
El comité de política monetaria de la Fed, que fija las tasas de interés, discutirá sus objetivos en la próxima reunión, que termina el 25 de enero.
Aunque no es probable que fije un objetivo sobre el desempleo, podría definir el empleo máximo.
Incluso si no hay acuerdo sobre la meta inflacionaria, será una reunión histórica porque la Fed publicará por primera vez previsiones sobre sus propias tasas.
En enero la Fed probablemente no cambiará su política monetaria, pero un nuevo marco comunicacional forzará un debate sobre políticas y las decisiones monetarias de EEUU serán más claras.