El FMI y la Unión Europea advirtieron a Hungría que no volverán al país para negociar una nueva facilidad crediticia a menos que Budapest se comprometa a modificar dos anteproyectos de leyes.
Oficiales de la Unión Europea y el FMI rompieron conversaciones preparatorias con Budapest la semana pasada, después de que el gobierno avanzara para modificar leyes sobre la reforma del banco central y estabilidad fiscal a través del parlamento, pese a preocupaciones de los negociadores.
Una persona en conocimiento de la situación le dijo a FT que los negociadores habían sido “explícitamente claros con el gobierno” antes de las conversaciones, sobre sus preocupaciones.
En una carta enviada al premier húngaro, Viktor Orban, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, “advirtió fuertemente” a Hungría de retirar sus dos anteproyectos de leyes, expresando serias dudas de que fuesen compatibles con la ley de la Unión Europea.
En un poco usual lenguaje franco, el presidente de la Comisión observó que la política interna de Hungría y no la mayor crisis de deuda en Europa, eran el origen de las dificultades financieras y económicas del país.