Por Ben McLannahan en Tokio
El gobierno y el partido Democrático de Japón (PDJ) llegaron finalmente alcanzaron un acuerdo sobre el plan para elevar los impuestos a las ventas en 2014, dando un paso adelante para mejorar las presionadas finanzas del país.
El primer ministro, Yoshihiko Noda, tuvo dificultades para convencer a los miembros de su propio partido, la oposición y al público de que el alza de impuestos es necesaria para ayudar a restaurar la salud fiscal de Japón. Incrementada por última vez en 1997, la tasa de 5% de impuestos a las ventas es la más baja de la OCDE. El gasto del gobierno se ha elevado más de un tercio desde entonces.
Naoyuki Yoshino, profesor de Economía en la Universidad Keio en Tokio, dijo que el gravamen era “esencial” para poner la política fiscal del país “bajo control”.
En un plan aprobado el mes pasado por el PDJ, la tasa de impuesto al consumo se incrementará a 8% en abril de 2014 y a 10% en octubre de 2015. Se espera que esta duplicación de la tasa genere 12,5 billones (millones de millones) de yenes
(US$ 162.000 millones) en ingresos anuales extra, cerca de 30% de la recaudación en el actual año fiscal a abril.
Noda ha enfrentado una fuerte oposición por la jugada. Nueve legisladores dejaron el PDJ en una revuelta en diciembre y analistas dicen que es posible que haya más deserciones.