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¿Necesita mejorar su estatus? Consiga un Nokia antiguo

Son varios los políticos y magnates que prefieren los modelos de antaño de la finlandesa por su seguridad.

Por: | Publicado: Viernes 6 de diciembre de 2013 a las 05:00 hrs.
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Por Duncan Robinson



Sir Philip Green tiene todos los adornos de un multimillonario: la casa en Mónaco, el yate, las fiestas con supermodelos, y un Nokia 6310 de hace diez años.

A pesar de ser una de las personas más ricas de Gran Bretaña y dirigir 
el Arcadia Group, uno de los minoristas más grandes del país, Sir Philip confía en un teléfono finlandés diseñado en 2002, que no puede recibir correo electrónico ni navegar en la red.

“No se puede vivir mandando mensajes cada dos minutos”, dice Sir Philip. “Se puede hacer muchísimo sólo hablando con la gente”.

Al principio de la década de 2000, los robustos teléfonos móviles de Nokia –como el 6310, con sus largas curvas pronunciadas y una vida de batería aún mayor, y su primo, más pequeño y gordito, el 3310– se usaban a la par por adolescentes y hombres de negocios.

El ascenso del teléfono inteligente, de Apple y Samsung, acabó con el predominio de Nokia. Pero los modelos viejos siguen teniendo partidarios en la élite de negocios.

Julian Dunkerton, director ejecutivo de SuperGroup, tiene un usado y gastado Nokia 6310. ¿Por qué? “Funciona, nunca se descompone, [y] su batería tiene una larga vida”, señala el comerciante convertido en el magnate de la moda detrás de la marca Superdry. ”Más importante, no me bombardean con correos cada minuto, y así puedo dedicarme a las cosas importantes”. Dunkerton sigue leyendo su correo electrónico, sólo que no a cada rato.

Puede faltarle la pulida calidad de un iPhone, pero un viejo Nokia puede ser causa de envidia. “Todos dicen: ’me gustaría tener uno de esos’”, dice Sir Philip.

Aun los que han migrado a otros equipos añoran los robustos Nokia 3210 y 6310.

“Todavía extraño la belleza e ingeniería del modelo antiguo”, dice Sir Martin Sorrell, director ejecutivo del grupo de publicidad WPP, quien ahora tiene un Nokia más moderno, entre otros dispositivos. “Creo que era [el] 3210 al que yo llamaba el ‘teléfono para ingenieros’”.

Aún se ven decrépitos Nokia en los escritorios de negociantes a través de la ciudad quienes no siempre quieren poner todo por escrito. También aparecen en el ámbito de la política: el primer ministro de Irlanda, Enda Kenny, tuvo un Nokia 6310 hasta que lo dejó caer al agua a principios de año.

Martin Schulz, el presidente del parlamento de la Unión Europea, es otro político que opta por un viejo Nokia. Después de que el teléfono de la canciller alemana Angela Merkel fue hackeado, un teléfono móvil sin Internet se volvió en un gran beneficio.

Un corresponsal de un periódico alemán tuiteó una foto del modelo 6310 de Schulz, con el pie de foto: “garantizado contra intervenciones”. (Schulz lo reenvió).



Lo retro es mejor


Más allá de la durabilidad y la duración de la batería, los teléfonos retro tienen otras ventajas, especialmente si se es el jefe. Hay que olivdarse de la oficina en la esquina en el piso 15, la verdadera marca de superioridad es la habilidad de decirle a recursos humanos a dónde ir cuando exigen actualizar su tecnología.

También está la libertad de cambiar la pasividad agresiva de la parpadeante luz roja de un BlackBerry por el educado aviso de una secretaria que trae los correos electrónicos del día impresos para ti.”No me quiero levantar por la mañana con 100 correos electrónicos”, dice Sir Philip. Así que no lo hace y permite que su oficina lo haga por él.

El 6310 fue tan querido que dejó un agujero en la línea de productos de Nokia cuando la compañía dejó de venderlos en 2007.

“No podía entender por qué no lo reemplazaron adecuadamente”, dice Sir Charles Dunstone, director ejecutivo y fundador de Carphone Warehouse. “Recuerdo decirles en ese tiempo: esto es como si Volkswagen se deshiciera del Golf y no lo reemplazara”.

Ahora el teléfono parece destinado a volverse un clásico del diseño. “Tal vez si hicieran 100 millones más de estos, [esa parte de la compañía de Nokia] no hubiera sido vendida a Microsoft,” dice Sir Philip. “Mientras pueda trabajar con él, lo seguiré usando”.

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