Para su última aventura periodística, Pedro J. Ramírez arrendó una oficina cerca de la Academia Naval de España. Parece una locación apta dada la tarea autoimpuesta que pone sobre los 72 reporteros y editores bajo su mando: disparar hacia la oligarquía corrupta a la que Ramírez culpa por minar la democracia española.
El lanzamiento oficial del sitio web de noticias llamado El Español será en unas semanas. Pero la agitación que rodea al nuevo proyecto se ha hecho difícil de ignorar.
El Español recaudó más de 18 millones de euros de inversionistas privados e institucionales en cuestión de meses, y Ramírez aportó con 5,6 millones de euros de su propio dinero, incluyendo toda la indemninación que recibió cuando fue controversialmente despedido como editor de El Mundo el año pasado.
Pese a tener sólo un nombre y un sitio web beta, El Español ya cuenta con 9 mil suscriptores. Los fundadores de El Español, que han contratado a algunos de los periodistas de investigación más conocidos de España, esperan enviar una señal de resistencia periodística en momentos en que la mayoría de la prensa española está en crisis.
La reciente crisis económica de España, dice Ramírez, no ha dañado sólo al sector financiero, ha minado la habilidad de los medios de pedir cuentas al poder político y económico.
Su argumento coincide con las intervenciones recientes de International Press Institute, que ha advertido repetidamente por las intervenciones estatales en los medios españoles y que alertó en un informe este año que el país está sufriendo una "caída documentada en la libertad de prensa".