Washington
Elon Musk arremetió contra el nuevo proyecto estrella de Donald Trump: una ambiciosa reforma tributaria que fue recientemente aprobada por la Cámara de Representantes. En una entrevista adelantada por CBS Sunday Morning, el CEO de Tesla afirmó que dicha ley “socava” el trabajo de su ahora disminuído equipo de eficiencia del gasto público, conocido como Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por su sigla en ingles), lo que profundiza el quiebre entre el empresario y el Presidente al que respaldó financieramente en las elecciones del año pasado.
“Decepciona ver este enorme proyecto de ley de gasto, que aumenta el déficit presupuestario y socava el trabajo que estábamos haciendo con el equipo Doge”, dijo Musk.
La medida, que recorta algunos programas sociales, ha sido fuertemente criticada por sectores fiscalmente conservadores, ya que según estimaciones no partidistas incrementará la deuda nacional en más de US$ 3,3 billones en la próxima década.
El mandatario celebró la aprobación en la Cámara, calificando la reforma como “probablemente la legislación más significativa que se haya firmado en la historia de nuestro país”, y bautizándola como Big Beautiful Bill.
Pero Musk, quien ha advertido que EEUU podría ir a la bancarrota si no reduce su déficit, ironizó: “Creo que un proyecto puede ser grande o hermoso, pero no sé si puede ser ambas cosas a la vez”.
Las declaraciones son hasta ahora la crítica más dura del empresario hacia Trump. Ya había chocado con el Gobierno por su política comercial, calificando al zar del comercio Peter Navarro de “imbécil” y “más tonto que un saco de ladrillos”, defendiendo la reducción de aranceles.
Musk también había tenido tensiones con varios secretarios del gabinete a raíz de los recortes de personal impulsados por DOGE en sus agencias. El mes pasado, renunció formalmente a liderar dicha oficina, señalando que dedicaría más tiempo a sus empresas, especialmente Tesla, que atraviesa una caída en ventas parcialmente atribuida a su cercanía con la administración republicana.
“Volveré a trabajar 24/7, durmiendo en salas de conferencia, servidores o fábricas”, dijo recientemente. Musk es además dueño de SpaceX y de la red social X.
Pese a haber invertido cerca de US$ 300 millones en la campaña de Trump y otros candidatos republicanos el año pasado, la semana pasada aseguró que en el futuro planea gastar “mucho menos” en política, argumentando que “ya ha donado suficiente”.