IBM es una compañía tecnológica de la que tenemos recuerdos del siglo pasado e incluso antepasado. El gigante azul trajo la computación al mundo corporativo con sus servidores en los ’60 y ’70. Sus computadores personales de escritorio aparecieron en 1981, y fueron los primeros atisbos de los que se ocupan hoy las oficinas y hogares.
Pero el buen momento no podía durar para siempre. Cuando comenzaron a aparecer cada vez más fabricantes de computadores, en una especie de comoditización del producto, IBM estuvo al borde de la quiebra en los ‘90 y tuvo que adaptarse a los nuevos tiempos. En 2005, cuando era el tercer mayor fabricante de computadores, decidió deshacerse del negocio y se lo vendió a Lenovo por US$ 1.750 millones con el fin de concentrarse en operaciones con mayores márgenes de ganancias, como la venta de servicios a computadores y software. La venta fue una jugada inteligente y, quizás sin querer, visionaria, ya que el sector ahora está amenazado ante la aparición de los smartphones y tablets.
Sin embargo, no todo ha resultado tan fácil. El principal problema que ha tenido es la falta de crecimiento en las ventas; en 2007, IBM registraba cerca de US$ 99.000 millones en ventas. Para este año, los analistas predicen ingresos por cerca de
US$ 100.000 millones, según Bloomberg. Por si esto fuera poco, las ventas han estado cayendo desde 2011. La diferencia está en un incremento en los márgenes de ganancias gracias, en parte, a que decidió deshacerse de unidades con bajo margen.
En enero la firma informó que sufrió una caída de 5,5% en ventas a US$ 27.700 millones en 2013, por debajo de as proyecciones de US$ 28.300 millones y un descenso de 1% en ganancias para el mismo período. Sin embargo, registró utilidades para octubre-diciembre mejores a las esperadas con un salto de 6% con respecto al mismo período del año anterior, impulsado por la mayor venta de software.
Y es precisamente de esta unidad donde IBM ha generado en gran parte su dinero. Se desempeña como un operador seguro de back office para grandes compañías y agencias gubernamentales, con la venta de software con contratos por servicios de consultoría. No obstante, está la amenaza de que, tal como está ocurriendo con la música, las compañías prefieran en vez de adquirir este servicio, cambiarse a arrendar uno en Internet, como la “nube”. Las empresas están cada vez más alquilando espacio para datos y servicios de web-hosting de un creciente número de firmas especialistas en la nube, subcontratando sus necesidades en información tecnológica para recortar costos y mejorar la eficiencia. Salesforce.com y Amazon.com entregan parte de los mismos tipos de servicios que IBM, pero permiten que sus clientes los arrienden con un valor relativamente bajo desde centros de datos centralizados.
Por esta razón, IBM está apostando a la nube. La semana pasada anunció que va a invertir más de US$ 1.200 millones en su expansión mundial en la nube. Creará una red internacional de centros cloud locales que proporcionarán a sus clientes la flexibilidad y control sobre la forma de gestionar sus datos.
Ayuda de la CEO
Para facilitar el repunte de IBM, Virginia Rometty, la directora ejecutiva, después de ver los últimos resultados de la compañía, decidió entregar su bono anual en una señal de que ve que existe un problema en sus manos. Los altos ejecutivos siguieron sus mismos pasos.
“A pesar de que hemos hecho un sólido progreso en negocios que están impulsando nuestro futuro, y en vista de los resultados anuales de la compañía, mi equipo y yo hemos decidido abstenernos de nuestros bonos anuales para 2013”, dijo Rometty en un comunicado.
La última movida de la firma para generar más caja fue vender la semana pasada su unidad de servidores de bajo costo también a Lenovo por US$ 2.300 millones.
Los accionistas, como Warren Buffett, que tiene un 6,3% de participación en la compañía, están escépticos de las medidas, ya que hay límites para cuánto IBM puede recortar en costos sin sacrificar la calidad de los productos. Por otro lado, la creciente rentabilidad atraerá a más competidores que podrían amenazar su posición dentro del sector de servicios a empresas.
