El inversionista Allen Stanford, acusado
por un fraude de 7.000 millones de dólares y preso a la espera de
juicio, fue llevado a un hospital de Texas porque presentaba
irregularidades en el ritmo cardiaco, informó hoy el juez que maneja
el caso.
Stanford debía comparecer hoy ante el juez federal David Hittner,
de Houston, para que éste considerara la cuestión de su
representación legal, pero no se presentó por encontrarse en el
hospital, dijo el magistrado.
El inversionista deberá ser representado por un abogado de oficio
porque todos sus activos han sido congelados y no puede pagar un
letrado.
El juez Hittner, en Houston, presidió hoy también la audiencia en
la cual el ex director financiero del Grupo Stanford, James Davis,
se declaró culpable por tres de los cargos que se le han imputado en
relación con la estafa.
Asimismo, según el Gobierno, Davis aceptó una orden preliminar de
incautación por valor de US$1.000 millones.
Hittner fijó para el 20 de noviembre la audiencia en la cual se
dictará la sentencia para Davis, pero señaló que podría postergarse
el trámite debido al juicio de Stanford.
Por los delitos que admitió, Davis podría recibir sentencias de
hasta 30 años en prisión, pero su colaboración con los
investigadores y la fiscalía pueden bajar sustancialmente el
castigo.