El nuevo Gobierno británico podría eliminar hasta
600.000 puestos de funcionario en los cinco próximos años y prepara una
legislación de emergencia para abaratar su despido, informan hoy varios medios
británicos.
La coalición conservadora-liberaldemócrata quiere ir más lejos que el anterior
Gobierno laborista, que redujo el año pasado de un máximo de seis años y medio
a sólo dos años la indemnización por rescisión del contrato laboral.
El Gobierno de David Cameron quiere alinear el despido en el sector público al
vigente en la industria privada, donde el mínimo obligatorio es de una semana
por año trabajado con un tope que puede ser a veces de un año.
Según fuentes citadas hoy por el diario Financial Times, incluso en el caso de
despidos de carácter voluntario podría establecerse incluso un límite más bajo,
de nueve meses por ejemplo.
Cinco de los seis sindicatos que representan a los trabajadores del sector
público habían aceptado ya la anterior propuesta laborista ante el temor de que
se endureciesen las condiciones si los "tories" llegaban al poder,
como ha ocurrido.