Mariano Rajoy, ¿con un pie afuera?
Con una popularidad descendente y acosado por la UE y los mercados por la falta de reformas estructurales, el rescate soberano podría obligarlo a formar un gobierno de unidad o renunciar.
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Por Marco Fajardo
Aunque sólo lleva siete meses en el cargo, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, luce agotado, al igual que la economía del país, en recesión y con el desempleo más alto de Europa. Rajoy tiene mayoría absoluta en el Congreso y entre las comunidades autónomas, pero las medidas que ha anunciado, traicionando su propio programa electoral (alzas de impuestos, congelamiento de salarios, recortes del gasto social) no han convencido a los electores ni menos a los mercados.
¿Quo vadis, Hispania?
Mediciones de Electrometro revelan que desde su elección en noviembre el apoyo a su Partido Popular ha caído de 44,6% a 37%. En cuanto a las finanzas, en lo que va del año 100.000 millones de euros se han ido del país y la bolsa ha perdido más de 22%.
“No podía elegir entre algo bueno y algo malo, sino entre algo mal y algo peor”, ha dicho Rajaoy para justificar la promulgación del mayor recorte en democracia. “Las medidas hacen daño a mucha gente pero no hay otra alternativa”. Muchos temen sólo que empeoren la situación. ¿Llegará el gobierno a fin de año?
“Rajoy puede resistir con su cómoda mayoría absoluta. Además él tiene capacidad para resistir, es lo que ha caracterizado su vida política, y tiene el PP muy controlado, no hay presión para relevarle”, señala Carlos Cué, periodista del diario El País, a DF. Cué tampoco cree posible la convocatoria a elecciones anticipadas y en tal caso asigna más posibilidad a un relevo del PP.
“Aquí es casi imposible ver diputados votando en contra de su líder. La protesta en la calle está creciendo, eso sí, y el gobierno está preocupado, pero sin llegar a plantearse ni de lejos una convocatoria electoral”, asegura.
Otros, como Álvaro Nieto, subdirector de la revista “Tiempo”, sí creen es posible que la presión se haga irresistible y anticipa a DF un “verano caliente”. “Es un gobierno que se ha quemado muy rápido. En muy poco tiempo ha perdido muchísimo apoyo entre la sociedad española”, no sólo por los ajustes, sino porque “ha ido variando el rumbo según se iban produciendo los acontecimientos”.
Eso ha debilitado a Rajoy porque parece no tener un plan para sacar al país de la crisis, según Nieto.
La tensión no sólo es política, sino sobre todo territorial, entre el gobierno central y las regiones, según José María Román, director de la Fundación Ciudadanía y Valores. Si bien el PP domina en la mayoría, los distritos son “gobernadas hasta por cuatro partidos distintos”, que además del PP y el PSOE son el Partido Nacionalista Vasco y Convergencia i Unió en Cataluña. Román advierte que en estos momentos de crisis cada región “va a defender posiciones diferentes”, lo que explica la resistencia de algunas a llevar a cabo los recortes. Con el cierre de presupuestos pendiente, “nos quedan unos seis meses de tensión”, aventura.
Unidad nacional
“¿Es necesario un gobierno de unidad nacional?”, se pregunta el escritor Andrés Ortega en una columna. “El PP no va a bastar para afrontar las dificultades que vienen”, advierte. “El propio Rajoy (…) lo reconoció en el debate en el Congreso del pasado miércoles. Es necesario buscar tal acuerdo, que no significa que los demás acepten sin más lo que los populares propongan, sino pactar”.
Una situación que podría darse en el caso de un rescate soberano, que podrían obligar a Rajoy “a marcharse” o a buscar apoyos, según Nieto. Con la presión de los mercados sin visos de cesar “pueden provocarse acontecimientos de todo tipo y en las próximas semanas, yo no hablaría ni siquiera de meses”.
Nieto advierte que la presión de los mercados se mantiene porque “hay una conciencia de que España está putrefacta, completamente corrompida, y que lo que hay que hacer es sanear el país para poner las bases de un futuro crecimiento”.
“Salir de ésta nos va a llevar años y en parte hemos de reinventar el país. Es necesario un pacto nacional. E intentar un gobierno de unidad más bien pronto que tarde”, concluye Ortega. El tiempo lo dirá.