Los retailers están enfrentando una competencia cada vez mayor para atraer a los crecientes compradores ricos de China, y las marcas de lujo de relojes están apresurándose a abrir tiendas en China.
La joyería y relojería de EEUU Harry Winston ha abierto una tienda de relojes en el mall Elements en West Kowloon, mientras los fabricantes suizos Maurice Lacroix y Zino Davidoff planean más expansiones en el mercado.
Supervisando la expansión de las tres marcas está DKSH Hong Kong, que quiere aprovechar los mayores ingresos de los consumidores chinos cuando el desempleo en EEUU sigue haciéndose sentir y la espiral de la deuda soberana europea debilita la demanda de consumo.
“La gran China es el más floreciente mercado en términos de crecimiento de ingresos y números de clase media”, dice el director de DKSH Hong Kong Victor Hew. “Vimos el fervor y sentimos el pulso de los compradores chinos hace algunas semanas en una subasta interna”.
Una colección de relojes de alta gama fueron subastados el mes pasado en Hong Kong, donde un postor chino no dejó escapar un reloj Harry Winston de 18 kilates de oro blanco por 2,55 millones de dólares hongkoneses, desde el precio inicial de 2 millones de dólares hongkoneses.
DKSH -que ayuda a las marcas extranjeras a acceder a clientes en nuevos mercados con marketing, ventas y distribución, logística y servicios post ventas- espera que el negocio de marcas crezca 7% anualmente en los próximos cinco años, citando resultados de una encuesta de la consultora Roland Berger el mes pasado.
Recientemente, una investigación de Forbes mostró que el número de multimillonarios en China subiría 80% a 115 este año respecto al anterior. La nación está destinada a ser el segundo país con el mayor grupo de multimillonarios después de EEUU.