El
Banco de Japón (BOJ) recortó hoy la tasa de interés hasta el 0,1 % desde el
0,30 % para tratar de estimular la economía japonesa, que se encuentra en
recesión y da pocas señales de una pronta recuperación.
Detrás
de este movimiento se esconde la doble presión sobre el banco central nipón del
Gobierno, interesado en estimular la economía a toda costa, y del reciente
recorte del precio del dinero en EEUU que dejó los tipos por debajo de los
japoneses, algo inaudito.
En lo
que respecta al Ejecutivo nipón, el ministro de Finanzas, Shoichi Nakagawa,
agradeció la decisión del BOJ "desde el fondo del corazón", una
declaración que, dada la clásica solemnidad japonesa, ilustra el grado de
preocupación del Gobierno.
El
mercado de valores no fue tan optimista y el Nikkei cerró la sesión con
pérdidas.
Esta
misma semana la
Reserva Federal situó el precio del dinero en EEUU entre el 0%
y el 0,25 %, lo que ha elevado el precio del yen frente al dólar hasta su
máximo en 13 años y ha puesto contra las cuerdas al potente sector exportador
nipón.
La
divisa japonesa, que se ha revalorizado un 25% en lo que va de año, se
encontraba hoy al mediodía en los 89 yenes, un precio que dificulta mucho las
exportaciones japonesas, fundamentales para la economía, y que diezma los
beneficios que las empresas niponas logran en el extranjero cuando son
repatriados.
El
comité decisorio del BOJ tomó la decisión de recortar los tipos por 7 votos a
favor contra 1, una decisión que llega muy poco después del último recorte
ordenado por el banco central, en octubre, cuando los rebajó del 0,5 % hasta el
0,3 %.
De modo
que se vuelve prácticamente a la misma situación que se vivió en Japón después
de la crisis de los 90, cuando el BOJ mantuvo los tipos de interés en niveles
cercanos a cero durante casi seis años, hasta julio de 2006.
Pero
hoy el banco central también adoptó otras decisiones para facilitar la
financiación de las empresas, que están afectadas por la escasez de crédito.
Entre
las medidas adoptadas por la entidad emisora destaca la decisión de comprar
deuda de las empresas, diseñada para recortar los costes del acceso a la
financiación.
Cuando
estalló la crisis económica Japón, cuyos bancos no estaban infectados por el
mal de las hipotecas basura, se creyó a salvo de la debacle mundial, dada la
salud de sus grandes compañías.
Sin
embargo, ahora Japón está sufriendo combinados los efectos de la falta de
liquidez y de la caída global de la demanda.
Las
grandes compañías del motor como Nissan o Honda y de la electrónica Hitachi
o Sony han anunciado repetidos recortes en su previsión de beneficios, despidos
masivos e incluso el cierre temporal de algunas plantas.
Incluso
la todopoderosa
Toyota podría registrar pérdidas debido a la caída de las
ventas y la apreciación del yen, según informa hoy el diario Nikkei.
El
primer fabricante de vehículos de Japón sólo ha registrado pérdidas antes de
los impuestos una vez en su historia, en el año fiscal 1949, debido a la
situación de inestabilidad tras la Segunda Guerra Mundial
(1939-1945).
El
Gobierno se toma muy en serio la situación y, a pesar del bloqueo político que
sufre la segunda mayor economía del mundo, ha tratado de paliar el bloqueo con
medidas extraordinarias.
Entre
ayer y hoy ha anunciado diversas medidas de estímulo, como la compra de
acciones de entidades bancarias por valor de 20 billones de yenes (224.278
millones de dólares).
El
primer ministro, Taro Aso, dejó claro hoy que las previsiones económicas son
nefastas, con una previsión de crecimiento cero.
Aso,
que sufre unos niveles de popularidad ínfimos, subrayó la importancia de
aprobar un presupuesto suplementario para el actual año fiscal cuanto antes.