El dólar repuntaba este viernes, mientras los inversionistas siguen sopesando las consecuencias del deterioro del crédito en Estados Unidos y toman nota de las novedades sobre la guerra comercial con China.
La paridad local subía $ 6,2 a $ 962,1 cerca del mediodía, tocando máximos de la sesión de la mano con un repunte del dollar index (0,2%) y los rendimientos del Tesoro estadounidense. Además, los futuros del cobre caían 0,9% en la Bolsa de Metales de Londres.
"El dólar-peso, como hemos visto desde mediados de julio, ha respetado bastante bien los soportes y también resistencias. El dólar rebotando a nivel global le da impulso para continuar respetando los niveles técnicos", dijo a DF el director general de BeFX, Rodrigo Castillo.
"Además, si tomamos en consideración la baja del cobre y la nula venta de dólares por parte de Hacienda, se crea un escenario desfavorable para el peso chileno. Hay que tener en consideración que muchos operadores retail cierran sus posiciones de apuestas en corto para quedar sin posición el fin de semana", complementó.
Más de un foco
Los mercados están revirtiendo una parte de los movimientos del jueves, cuando vieron una masiva huida del riesgo que perjudicó al dólar, después de que los prestamistas Zions Bancorp y Western Alliance Bancorp reportaran haber sido afectados por presuntos fraudes de los mismos deudores.
Novedades sobre la guerra comercial están desincentivando la búsqueda de refugio en bonos del Tesoro, que se benefician cuando la economía estadounidense va mal. Donald Trump dijo a la prensa que las tarifas actuales sobre China "no son sustentables", y confirmó que se reunirá con Xi Jinping en la cumbre APEC de Corea del Sur a fin de mes.
Previamente, Beijing instó a Washington a reconocer los avances logrados en el pasado y a abordar las tensiones recientes, atribuyéndolas a las restricciones estadounidenses. El Ministerio de Comercio de China aseguró que se aprobaron licencias civiles para tierras raras y distinguió los controles de exportación de las prohibiciones.
A todo esto se suma la noticia de que la Casa Blanca está lista para prorrogar en cinco años un acuerdo que permite a los fabricantes de automóviles reducir los aranceles sobre las piezas importadas, tras meses de presión por parte de Ford y General Motors.