Las bolsas estadounidenses cerraron este viernes con pérdidas arrastradas por la preocupación sobre Grecia, donde las negociaciones con los acreedores siguen varadas y con el fantasma del default rondando en el horizonte.
Sin embargo, la caída diaria del Dow Jones y el S&P 500 no fueron suficientes para borrar del todo las ganancias semanales.
Además, Wall Street recibió de buena forma el aumento de la confianza del consumidor en la lectura inicial de junio.
El índice Dow Jones cayó un 0,78% hasta los 17.898,84 puntos. Pese a ello, ganó 0,28% durante la semana.
Asimismo, el indicador S&P 500 bajó un 0,70%, hasta los 2.094,11 enteros. Aunque también sumó un leve rendimiento positivo de 0,06% en las últimas cinco sesiones.
Mientras, el Nasdaq Composite descendió un 0,62% hasta las 5.051,10 unidades, con lo que acumuló una pérdida semanal de 0,32%.
Cada declaración de uno de los protagonistas de las negociaciones entre Grecia y sus acreedores, supone un bandazo en uno u otro sentido en función de que acerque o aleje el anhelado acuerdo. Ayer, los técnicos del FMI se marcharon de Bruselas tras constatar que "el acuerdo está muy lejos".
Esta mañana, el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, ha asegurado que un acuerdo con Grecia "es necesario en los próximos días" y ha subrayado que "la pelota está en el tejado" del país heleno. Sin embargo, un alto funcionario heleno ha señalado que Grecia mantiene las líneas rojas con sus acreedores aunque están dispuestos a intensificar las negociaciones a nivel político.
Más tarde, otro funcionario griego aseguró que Grecia estaba preparada para presentar un acuerdo y que éste estaba más cerca que nunca y las pérdidas se redujeron casi a la mitad.