Una visión positiva, pero selectiva. Así define Axel Christensen, estratega de Inversiones en Latinoamérica e Iberia de BlackRock, su perspectiva para el mercado chileno en 2015.
Su punto de partida es la mirada de mediano plazo que -dice- tiende a primar en el mundo bursátil, que este año ha estado bajo la presión de la desaceleración económica y de las reformas en proceso.
En esa línea, ve un ambiente favorable para las empresas exportadoras y eléctricas. Y también un impulso potencial en el nuevo modo de cotización y transacción de valores extranjeros -el foco de negocios de BlackRock- en la bolsa, que partir del próximo lunes se podrá realizar en moneda local.
"A pesar de que los números que vemos hoy no son necesariamente muy buenos, de que algunos procesos de reformas han generado incertidumbre y han impactado en la inversión, hay muchos inversionistas que están tratando de mirar más allá del corto plazo", sostiene.
- ¿Cuáles son los principales riesgos que vislumbra para el mercado local en 2015?
- Los riesgos son, por ejemplo, que el crecimiento mundial no siga por la senda de la recuperación; que China -que ha estado desacelerándose- se pegue un frenazo más brusco y eso impacte en el precio de las materias primas; si vuelven las dificultades para avanzar en nuevos proyectos en el sector eléctrico, eso podría cambiar la forma en cómo están viendo los inversionistas al mercado local.
- El próximo año se comenzará a discutir en el Congreso la reforma laboral. ¿Cree usted que la iniciativa ejercerá presión en la bolsa?
- Cuando hay procesos de reformas que implican cambios regulatorios o legales, que impactan a las empresas en cuanto a su estructura de costos, que puede ser el caso de la reforma laboral, una primera reacción es parar y ver qué cosas van a aprobarse y que no.
En un proceso de discusión hay cosas, como fue el caso de la reforma tributaria, que lo que se aprueba termina siendo distinto a lo inicialmente presentado. Hay un proceso natural de expectación frente al resultado final, lo que puede llevar a postergar algunos proyectos y tener incidencia en la inversión en algunos sectores. Obviamente, esto puede ser un riesgo, pero yo hago más hincapié en el riesgo de que el crecimiento global y de EEUU no sea tan positivo como el esperado.
- Desde este lunes, los activos extranjeros se podrán transar en pesos en el mercado local. ¿Esto podría actuar como catalizador para el mercado?
- De todas maneras. Nosotros hemos sido partícipes casi en primera fila de este proceso, tenemos registrados más de 80 fondos que se tenían que transar en dólares, con las complicaciones que esto significaba, en términos de liquidación, administración, seguridad de la transacción, entre otros. Y después de un arduo trabajo, el Banco Central dio luz verde.
Y si miramos la experiencia de otros países que han llevado este cambio a moneda local como una manera de facilitar las operaciones, se ha visto que el mercado ha tenido un crecimiento muy grande. Así que tenemos la expectativa de que Chile no será la excepción.
- ¿Y desde el punto de vista del inversionista?
- Sin duda, esto será un gran avance y es una muy buena noticia para el inversionista local porque da muchas más opciones, permite diversificar la cartera y hacerlo de una manera muy conveniente, puedes seguir operando con el proveedor que siempre has operado.
El cliente que ahora tiene posiciones en acciones locales, podrá ampliar eso a comprar países, regiones y otras compañías que están listadas, como Apple, sin tener que abrir una cuenta específica para ello, por ejemplo.
- ¿También podría ayudar al alicaído volumen de transacciones de la bolsa local?
- Exactamente, y por distintas razones: se hace más fácil la operación, los corredores con el mismo sistema -que siempre han utilizado- podrán transar ahora valores extranjeros, por lo tanto esperamos más actores.
"Integración de bolsas es de largo aliento"
Christensen es cuidadoso al hablar de la noticia del momento en los mercados bursátiles de Latinoamérica: la intención del Bovespa brasileño de adquirir un porcentaje de las plazas de Chile, Perú, Colombia y México, con el fin de hacer contrapeso al tamaño que tendrá el MILA en 2015 cuando se concrete el ingreso de la bolsa azteca.
¿La razón? El Bovespa es una compañía listada en Brasil y BlackRock invierte en ella.
Por esto, la opinión que entrega de la noticia es general.
A su juicio, el anuncio refuerza una tendencia que ya se ha observado en otros mercados -como el estadounidense y el europeo-, por lo que no le sorprende que en Latinoamérica se quiera avanzar en esa dirección.
Advierte, primero que todo, que estos procesos largos y pone como ejemplo el caso del mismo MILA: la inciativa tomó unos años, ha tenido éxito en posicionar su marca, pero aún presenta importantes desafíos.
Resalta, además, que todavía la realidad estructural de MILA no ha llegado a puerto, ya que en la actualidad no se puede comprar un activo en Chile y venderlo en Colombia libremente, por ejemplo.
"Es complicado, no hay convertibilidad entre las monedas, las fechas de liquidaciones entre Chile y otros mercados son distintas, todavía hay una serie de "tuberías", por decirlo de algún modo, que se deben ir armando. Por lo tanto, ya sea la integración que está en marcha que es MILA, a la que ahora se sumaría México, como una eventual incorporación adicional, con Brasil tomando algún rol, es un proceso de largo aliento", manifiesta.
Por lo mismo, descarta que si esto no se materializa en los próximos meses la iniciativa fracase, ya que el trabajo por hacer es mucho, partiendo por homologar reglas de operación y definir el modelo que tendrá la integración.
"Estamos recién en una etapa embrionaria, con una intención que es consistente con los procesos que se han vivido en otras regiones, lo cuales han sido razonablemente exitosos, pero no han estado exentos de desafíos. De alguna manera, creo que va a surgir algún tipo de tensión de quien será la cara visible de este mercado. Sin duda, va a existir una pugna de quién va a ser el rostro de una eventual bolsa latinoamercana integrada, si se opta por un modelo como el estadounidense. A lo mejor, se opta por un modelo como el europeo, donde hay una integración, pero conviven varios caras", concluyó.