Tras el sorpresivo anuncio de Arabia Saudita, el mayor productor mundial de petróleo, de que bajaría el precio de las entregas de crudo a Estados Unidos en diciembre –mientras subía de forma paralela los valores para sus clientes en Asia y Europa–, la atención de los observadores se vuelca ahora a la reunión que sostendrá la OPEP el 27 de noviembre. Se espera que la cita en Viena esté marcada por la tensión entre los miembros que quieren sostener el actual nivel de precios y los que desean reducir la producción para provocar un alza.
El WTI bajó ayer por cuarta jornada consecutiva, llegando a US$ 77,20 el barril, su menor precio desde el 4 de octubre de 2011. En junio, había llegado a un máximo de US$ 107,35. El Brent, por su parte, ha caído bruscamente desde los US$ 115 el barril en junio a US$ 82,42 ayer, su mínimo desde el 27 de octubre de 2010.
La debilidad actual de los precios se explica por una combinación de factores. En primer lugar, la demanda se ha debilitado, por la desaceleración económica de Europa y Asia, principalmente China y Japón. Incluso en las economías emergentes, el crecimiento del consumo estará más de un punto porcentual por debajo del promedio de los cinco años previos, explicó en un artículo reciente la Economist Intelligence Unit.
A eso se suma una oferta creciente. Según estimaciones de la EIU, la producción se expandirá en 2,1 millones de barriles diarios en 2014, el segundo mayor aumento en los últimos diez años, a más de 93,5 millones de barriles diarios.
El mayor contribuyente al crecimiento de la demanda es EEUU, que está viviendo un período de auge del petróleo y gas shale. A eso se suma el aumento de la producción en países como Canadá, Brasil e Irak y la reincorporación de Libia al mercado, tras un año de suspensión en su producción.
El último factor es la apreciación del dólar, la moneda en que se transa el commodity a nivel internacional, por el fortalecimiento de EEUU.
Competencia en la OPEP
En este escenario, Arabia Saudita ha sido clara en que intentará mantener cuota de mercado bajando sus precios. Algunos analistas perciben incluso que el reino estaría contento con mantener los precios en niveles de US$ 70 – US$ 80 el barril.
Pero no está solo. Irak, Irán y Kuwait también han reducido sus precios de venta oficiales. Y en octubre, el grupo como un todo elevó su producción en 53 mil barriles diarios, a 30.974 millones, mostró una encuesta de Bloomberg a empresas petroleras, productores y analistas.
En el inicio de este ciclo bajista, la competencia de los países de la OPEP por mantener participación de mercado se concentró en Asia. Arabia Saudita bajó sus precios por cuatro meses seguidos entre agosto y noviembre, en respuesta a agresivos descuentos de Angola y Libia. A partir de este mes, en cambio, la atención parece volcarse a EEUU, explicó a Bloomberg el analista de Saxo Bank A/S, Ole Sloth Hansen.
Por eso, la cita en Viena sería crucial. Varios miembros de la organización están incómodos porque la caída en los precios ha reducido sus ingresos fiscales. Incluso, algunos participantes que no pertenecen al Golfo Pérsico están presionando para que el grupo reduzca la producción. Si se toma esa decisión, será el primer recorte de producción desde la crisis financiera de 2008.
Dueños y directivos de algunas de las mayores casas de trading del mundo advirtieron esta semana en el Reuters Commodities Summit que la OPEP actuará como en el pasado y cortará la producción.
Pero hasta el momento, los analistas sólo concuerdan en que será una reunión complicada. "Al parecer la mayoría de los miembros quiere que los saudíes apliquen los recortes necesarios para apoyar los precios y ellos no están inclinados a acceder", dijo a Bloomberg el socio de Again Capital, John Kilduff, agregando que la reunión podría terminar sin acuerdo.
Por su parte, el director de investigación del mercado de petróleo de Société Générale, Mike Wittner, cree que sí habrá un acuerdo, pero "no de Arabia Saudita, Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos".
Impacto en economía global
La caída de los precios debería actuar como un "estabilizador automático" de la economía mundial, afirmó Andrew Kenningham, analista de Capital Economics, en una nota a clientes. Si el precio del petróleo Brent se estabiliza en US$ 85 el barril, "esto impulsará la demanda global en cerca de medio punto porcentual el próximo año. Además, debería reducir la inflación en una cifra similar", escribió.
"Pese a que esto no hará mucha diferencia en la política monetaria en EEUU y Reino Unido, es otro factor que podría alentar al BCE a expandir aún más la política monetaria en los próximos meses", acotó.
Uno de los países que podría verse más afectado es Venezuela. El rendimiento de los bonos del país se ha disparado en los últimos días a medida que cae el precio del petróleo, porque el descenso de ingresos fiscales podría provocar que el país no sea capaz de cumplir sus obligaciones. Los economistas de la Universidad de Harvard, Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff advirtieron el mes pasado que el default es casi inevitable. Los traders en el mercado de CDS estiman un 71% de probabilidades de un default en los próximos cinco años.