Por Renato García Jiménez
El Congreso de EEUU aprobó en 2010 la Ley Dodd-Frank para impedir que se repita la crisis financiera de 2008. Sin embargo, la pieza central del proyecto, conocida como regla Volcker, será votada por los principales reguladores recién mañana.
La atención de las autoridades y de los inversionistas estará enfocada en el resultado, que puede tener serias consecuencias para la industria financiera y para la economía mundial.
La regla restringirá la capacidad de los bancos para participar en trading propietario (usar capital propio para hacer trading), realizar market making (usar capital propio para comprar y vender valores a clientes, ganando por diferenciales y movimientos de precios), e invertir en hedge funds y private equity.
Para las autoridades, la medida busca evitar que se repitan casos como el denominado “ballena de Londres” de 2012, cuando Goldman Sachs perdió US$ 6.200 millones por un operador que disfrazó como hedging de cartera sus apuestas especulativas.
Pero para los bancos, la norma podría afectar las ganancias en un negocio que este año movió US$ 44 mil millones tan sólo en market making. Este sector representa cerca de 30% de los ingresos de Goldman Sachs y Morgan Stanley. Standard & Poor’s estimó que los cambios podrían reducir las utilidades de los ocho mayores bancos de Wall Street en hasta US$ 10 mil millones.
Durante una reunión con los directores ejecutivos de los principales bancos de EEUU en octubre, el secretario del Tesoro, Jacob Lew, les advirtió que la versión final de la regla será más dura de lo que se esperaba, y dijo que prefiere equivocarse excediéndose con una regla demasiado dura que fallar por una norma demasiado laxa.
Sus detractores advierten además que la norma también podría elevar los costos de transacción para los clientes y afectar las condiciones del mercado. “Una regla muy restrictiva podría reducir la liquidez del mercado, afectar a los inversionistas y frenar el crecimiento económico”, dijo Kenneth Bentsen, presidente de la Asociación de Mercados Financieros e Industria de Valores, según declaraciones recogidas por Bloomberg.
Impacto en Chile
La norma no sólo afectará a los bancos estadounidenses, sino también a las “organizaciones bancarias extranjeras” (FBO, por su sigla en inglés), como se denomina a los bancos extranjeros que mantienen filiales o agencias en EEUU, o bien que son dueños de bancos comerciales en EEUU.
“Para Chile el desarrollo de esta discusión internacional, y la forma que finalmente adopte, es de importancia por cuanto existen varios bancos que pueden calificar como FBO o subsidiarias de FBO, y por lo tanto quedar sujetos a la regla Volcker, ya sea debiendo demostrar que cumplen con las condiciones para eximirse de las restricciones que ésta impone, o bien eliminado el trading propietario”, advirtió el Banco Central de Chile en su Informe de Estabilidad Financiera, la semana pasada.
En este sentido, Lew ha dicho que presionará a otros países para que también endurezcan sus regulaciones financieras. “Debemos continuar trabajando con otros reguladores para aprobar reglas compatibles de modo que las reformas en otras jurisdicciones sean tan fuertes como las nuestras”.