El contrato a un mes de WTI, crudo de referencia en Estados
Unidos, superó hoy los US$ 135 y ya ha más que duplicado su precio en los
últimos doce meses, cuando cotizaba en torno a los US$ 65. El Brent, crudo
extraído del mar del Norte, siguió la misma trayectoria y ha superado los US$ 134.
Esta escalada de los precios del crudo ha desatado las
críticas de los países consumidores, que han incrementado las presiones sobre
la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) para que incremente
la producción de crudo. Dicho y hecho. Arabia Saudita anunció el fin de semana
pasado un aumento de 300.000 barriles diarios desde junio. Esto supondrá un
incremento del 3,3% sobre los 9,1 millones que bombea actualmente, situándose
medio millón por encima de la cuota impuesta por el cártel.
Pero los mercados han obviado ese movimiento y el crudo ha
continuado batiendo récords históricos. El ministro de Petróleo de Qatar Abdulá
bin Hamad al Atiya, dijo hoy que la organización “no tiene una solución
mágica” para moderar los precios del crudo. ¿Ha perdido la OPEP su poder de
influenciar el mercado?
“Decir eso sería ingenuo”, afirma Paul Horsnell, jefe de
Materias Primas de Barclays Capital. “La OPEP controla un 40% de la producción
y cerca de tres cuartas partes de las reservas probadas y eso es un dato que no
se puede infravalorar”.
Sin embargo, Horsnell reconoce que ha llegado un momento en
el que “el mercado se mueve por un sentimiento de que va a faltar petróleo en
el futuro”, lo que le permite ignorar el suministro extra de Arabia Saudí y la
rebaja de las estimaciones de demanda energética de 2008 anunciadas tanto por la Agencia Internacional
de la Energía y la propia
OPEP.
Según Horsnell, el cártel sigue teniendo la llave de los
precios del crudo, pero sobre todo a medio y largo plazo. Si los países
miembros deciden invertir para incrementar su capacidad de extracción futura,
los precios podrían moderarse y estabilizarse por debajo de los 100 dólares por
barril. No en vano, la OPEP cuenta con tres cuartas partes de las reservas
probadas de petróleo.
Pero con los planes de inversión actuales, el suministro
seguirá creciendo a un ritmo demasiado lento para cubrir el aumento de la demanda. Esta
tensión potencial en el mercado, unida a la incertidumbre geopolítica en varios
de los principales exportadores del mundo, mantendrá en niveles muy elevados el
precio del crudo.