Motos y bicicletas con alguna marca relacionada al delivery son hoy parte del paisaje en algunas capitales del país. Y los números analizados por el Laboratorio de Encuestas y Análisis Social (LEAS) de la Escuela de Comunicaciones y Periodismo de la U. Adolfo Ibáñez constatan que, en enero-marzo pasado, ese tipo de trabajadores explicó el 3,2% de los ocupados en Chile, 0,9 punto porcentual más que a mediados de 2022; o, visto de otra forma, pasaron de unos 205 mil en abril-junio de ese año a 297 mil en el presente ejercicio.
Pero, ¿quiénes son? Contraria a la visión de la opinión pública, el informe de Adolfo Fuentes y Ricardo González, investigador y director del LEAS, respectivamente, precisa que la mayoría realiza actividades de venta de productos o prestación de servicios a través de redes sociales, principalmente WhatsApp, Facebook e Instagram. Estos últimos eran el 79% del total en enero-marzo, mientras que las APP como Uber o Rappi concentraban solo el 21% restante, que de todas maneras es más alto que en 2022 (15%).
Lo que sí se ajusta a las creencias, es que son jóvenes. Al cierre del primer trimestre, el 40% tenía entre 18 y 34 años, frente al 31% en el empleo tradicional, aunque también ha aumentado la participación de personas entre 35 y 54 años, quienes hoy son el 48,7% del total, casi cuatro puntos más que en 2022. También se observa un leve avance entre los mayores de 55 años, que pasaron de 10% a 11,8% en el mismo periodo.
En términos educativos, la economía digital continúa atrayendo a trabajadores más calificados. En el trimestre más reciente, el 53% cuenta con estudios terciarios, frente al 48% en la economía tradicional. “Esta brecha se ha mantenido relativamente constante desde 2022, lo que refuerza la idea de que el trabajo por plataformas no está necesariamente asociado a baja calificación, al menos en el caso chileno”, señaló el estudio.
La incorporación de mujeres ha sido creciente y ya explican el 48% del total; mientras la población inmigrante es el 17,5%, lo que equivale a unas 52 mil personas.
La trayectoria
El análisis demuestra que el empleo en plataformas digitales es, en su mayor parte, transitorio. Solo un 29% permanece tres meses después. Esta cifra contrasta con el 94,6% de permanencia en el empleo tradicional, lo que evidencia el carácter inestable del trabajo digital.
“Los datos muestran que el trabajo en plataformas digitales está creciendo rápidamente en Chile, en parte porque ofrece una salida laboral en contextos de mayor desempleo. Sin embargo, también evidencian que este tipo de empleo es inestable: la mayoría de quienes trabajan allí lo hace solo por un trimestre, y luego transita hacia otros empleos o vuelve al desempleo”, destacó González.
De hecho, en el detalle, el 65,6% se traslada al empleo tradicional al trimestre siguiente, mientras que un 5,4% pasa al desempleo.
Estos datos sugieren que, en muchos casos, las plataformas funcionan como una opción temporal antes de lograr reinsertarse en el empleo tradicional, aunque una fracción significativa (34,4%) permanece en el sector o vuelve a estar desempleada.
En enero-marzo último, el 78% de los trabajadores de plataformas se desempeñaba por cuenta propia, mientras solo 10% era asalariado en el sector privado.
Pese a esta predominancia del trabajo independiente, una mayoría de quienes trabajan en plataformas declara tener contrato por escrito: el 78% así lo reporta en 2025, una cifra casi idéntica al 77% observado en 2022.
Este año, además, el 68% declara que su empleador paga cotizaciones al sistema de pensiones, lo que representa un leve aumento respecto al 66% de 2022. Aunque este avance es positivo, el informe menciona que la distancia con el empleo tradicional sigue siendo considerable, ya que allí el 85% de los ocupados cotiza regularmente en 2025.
Mientras quienes trabajan en el sector tradicional reportan un promedio de 41,2 horas semanales, quienes lo hacen en plataformas digitales lo hacen en promedio 38,1 horas.
“Esta diferencia puede reflejar tanto un mayor grado de flexibilidad como una menor estabilidad en la disponibilidad de tareas o ingresos”, explica el informe.