En mayo de 2026, Cioccolata cumplirá cuatro décadas desde la apertura de su primer local en Iquique. Fundada en 1986 como un salón de té y pastelería en el centro financiero de la ciudad, la marca nació con la propuesta de transformarse en un punto de encuentro familiar, ofreciendo pastelería, sándwiches tradicionales y café de alta calidad, en un contexto marcado entonces por el auge comercial y el desarrollo de la Zona Franca.
Aunque sus fundadores no son iquiqueños de origen, la empresa se ha consolidado como parte de la identidad de la ciudad. Flavio Razzetti dio forma al proyecto junto a su esposa, Soraya Lama. Pero la historia se remonta incluso más atrás. El padre de Soraya, oriundo de Chillán, llegó a Iquique en la década de los ’70, tras identificar oportunidades de inversión, y adquirió un hotel ubicado en calle Anibal Pinto, en el centro de la ciudad. Años más tarde, ese inmueble se convertiría en el primer local de Cioccolata.

La identidad del negocio combina las raíces italianas de Razzetti, hijo de inmigrantes que llegaron a Chile tras la Segunda Guerra Mundial, con la tradición culinaria árabe de la familia de Soraya. Esa mezcla dio origen no sólo al nombre de la marca, sino también a una propuesta gastronómica que ha privilegiado siempre la elaboración artesanal.
Hoy, Cioccolata cuenta con cinco locales y un centro de producción de pastelería, todos ubicados en Iquique. Dos de las sucursales son operadas directamente por la empresa (el local ubicado en pleno centro y el de Playa Brava) mientras que las otras tres funcionan bajo un modelo de franquicias, ubicados estratégicamente en Zofri, Península y Mall Plaza. En total, la compañía genera empleo para más de 170 personas, varias de ellas con trayectorias que superan las tres décadas al interior de la empresa.
“Durante los primeros años, la gestión se centraba en el día a día, sin una proyección a largo plazo muy definida, pero siempre con el pilar fundamental de querer hacer las cosas bien”, explica Razzetti. A su juicio, la combinación entre la gestión operacional liderada por su esposa y su propio rol en administración y finanzas ha sido clave para la sostenibilidad del negocio. “Creo que ninguno de los dos hubiese podido llevar el negocio solo” afirma.
En un mercado exigente, la empresa ha optado por privilegiar la calidad por sobre la venta a gran escala. Cioccolata mantiene una producción artesanal, con insumos de la zona y proveedores regionales, lo que se traduce en una vida útil más acotada de sus productos, pero también en sabores que se mantienen reconocibles para distintas generaciones de clientes. “Queremos que la persona que comió su torta Cioccolata con su papá cuando niño, puede comerse esa misma torta con su hijo y que el sabor sea el mismo” sostiene.

Proyecciones y modelo de negocio
- ¿Qué lectura hacen del escenario económico de este año y qué factores consideran clave para el desempeño de la industria en 2026?
- Es evidente que enfrentamos una desaceleración económica respecto a años anteriores, realidad que nosotros como comercio regional percibimos claramente. Para los próximos años, independientemente del color político del candidato que salga electo, esperamos se avance en mejorar la seguridad en la región, la cual afectamente directamente a la industria gastronómica en la que estamos insertos. Hoy, el centro de Iquique presenta una afluencia de público drásticamente menor en horarios nocturnos comparado con hace 15 años. Pese a eso, logro ver oportunidades si se articulan políticas públicas que potencien a Iquique como un destino turístico, no sólo para chilenos, sino también para extranjeros, aprovechando nuestras playas y la capacidad hotelera que tenemos.
- Mirando hacia adelante ¿qué proyectos e inversiones están impulsando para seguir creciendo como empresa?
- Siempre hemos priorizado un crecimiento orgánico, de bajo apalancamiento y financiado principalmente con el flujo de caja propio. Nuestra gran prueba fue la pandemia, ahí se validó a los negocios con disciplina financiera, eso dejó en evidencia lo vulnerables que pueden ser los modelos de negocio que apuestan por crecer rápido. En nuestro caso, siempre estamos evaluando nuevos proyectos en la región, pero sin afectar el funcionamiento de los locales que ya tenemos. Vemos en el modelo de franquicias una buena opción de crecimiento para los próximos años, siempre que sea con socios estratégicos que compartan nuestros valores y la forma en que entendemos el negocio.
- ¿Evalúan, a mediano plazo, expandirse fuera de Iquique o el foco seguirá estando en el mercado local?
- Por el momento no. Creemos que nuestra cadena productiva, que es completamente artesanal, es una ventaja, pero también puede transformarse en una desventaja para una expansión fuera de Iquique. Para crecer a otras regiones tendríamos que ofrecer un tipo de torta distinto al que tenemos hoy, y eso es algo que no estamos dispuestos a hacer si implica perder nuestra esencia. Por ejemplo, hay cadenas grandes que están en varias ciudades que congelan sus tortas y así manejan la logística desde una sola sala de producción hacia distintas regiones. Nosotros no hemos querido hacer eso, porque preferimos mantener un producto más artesanal. Respecto a crecer dentro de la zona, sí creemos que todavía hay posibilidades en Iquique y también en Alto Hospicio, que ha crecido bastante en los últimos años, pero no hay nada concreto por ahora.
- ¿Cuál es hoy el producto más vendido de Cioccolata y qué peso tiene en las ventas?
- Definitivamente la torta Cioccolata, que representa de todas las categorías de tortas entre el 30% y 40% de la ventas totales. O sea, es la torta más vendida y el producto insigne nuestro sin ninguna duda.
