Larroulet y la elección: “El ganador deberá mantener unida a la coalición del Rechazo y sumarla a los equipos del nuevo Gobierno”
El exministro e investigador del CIES-UDD dice que lo más probable es que el próximo Gobierno sea de centroderecha o derecha, pero deberá construir una coalición lo más amplia posible para enfrentar las actuales demandas del país por mayor crecimiento y orden. “La ciudadanía chilena ya se vacunó de las ideas del Frente Amplio y del Partido Comunista”, afirma.
Por: David Lefin
Publicado: Sábado 8 de noviembre de 2025 a las 04:00 hrs.
Foto: José Montenegro
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Cristián Larroulet siempre ha estado ligado a las políticas públicas. Hoy mira desde la academia, como investigador del CIES-UDD, la coyuntura económica y política. Afirma que la gestión del actual gobierno ha sido “lamentable”, pero se declara optimista del futuro, dado que, según las encuestas, lo más probable es que el próximo Presidente salga del mundo de las derechas.
El economista fue ministro de la Segpres durante el primero gobierno de Sebastián Piñera y jefe de asesores de La Moneda en su segunda administración. Anteriormente, Larroulet fue durante 20 años director ejecutivo del Instituto Libertad y Desarrollo (LyD), centro de estudios que está cumpliendo 35 años, y del cual también es uno de sus fundadores.
-A meses de que termine el Gobierno, ¿cuál es su balance?
-Este Gobierno pretendió hacer un cambio radical en el país, a través de una nueva Constitución, pero, afortunadamente, la democracia y la sabiduría del pueblo chileno rechazó la propuesta por un 62%. Eso obligó al Gobierno a moderar su proyecto revolucionario, pero solo parcialmente. De todos modos, impulsó una serie de proyectos que dañaron las instituciones. Por ejemplo, el actual el proyecto del FES da un golpe mortal al sistema universitario, y la ley de pesca significó faltar el respeto al derecho de propiedad al cambiar la cuota. Además, en materia fiscal, el deterioro es enorme. El Gobierno solo cumplió con una política fiscal responsable en el año 2022, con el Presupuesto que dejó aprobado el Presidente Piñera. Después de eso, en los años en que el Presupuesto ha dependido 100% de ellos, solo se ha ido deteriorando la situación fiscal.
Y en gestión, la capacidad que ha demostrado el Gobierno ha sido de una incompetencia gigantesca. Basta ver lo que está pasando en el sector eléctrico, que era un lujo respecto de otros países, o la incapacidad en la reconstrucción después de los incendios en Valparaíso.
"Siempre hay diferencias en política, pero sería un grave error que Kast dijera “no” a tal o cual persona porque trabajó en el Gobierno de Piñera. Uno debe tener los mejores equipos, sean de donde sean”.
Por lo tanto, el saldo, desde el punto de vista del aporte del Gobierno al desarrollo de Chile, es muy lamentable. La buena noticia es que se ha consolidado una mayoría que políticamente quiere cambiar las ideas que este Gobierno ha impulsado. Ese 62% que rechazó la Constitución también lo veo hoy en las encuestas, en las preferencias por los candidatos de centroderecha y de derecha. Ahí está ese 62%. La ciudadanía chilena ya se vacunó de las ideas del Frente Amplio y del Partido Comunista y de sus liderazgos. Eso es lo que me hace ser optimista sobre el futuro.
- ¿Y el mismo Gobierno es el responsable de eso?
- Por supuesto. Y eso uno lo ve claramente en la última encuesta CEP que muestra cómo cambian las prioridades. Hoy para la ciudadanía es clave el orden y la seguridad. En el 2019, la valorización de las fuerzas de orden era bajísima, pero hoy la gente, que quiere orden y seguridad, valora el rol de Carabineros. Lo mismo pasa con el reconocimiento al rol que juega la empresa privada en el país. Hoy la gente quiere crecimiento, empleo, bienestar para sus hijos y orden. Y este Gobierno ha demostrado ser la contrapartida de todo eso.
-Pero Chile lleva ya una década creciendo en promedio al 2%, ¿a qué atribuye ese freno, que no comenzó en este Gobierno?
-Viene de antes, fundamentalmente de las reformas que se hicieron en el Gobierno de Bachelet II. Chile crecía en promedio más que el mundo desde el año '85 hasta ese Gobierno, cuando se hicieron reformas muy lamentables en áreas que están en la base del crecimiento de los países. Primero, la reforma tributaria, que tuvo un enorme perjuicio. En la OCDE estamos entre los tres países con mayor impuesto de primera categoría, en 27%, pero también estamos entre los tres países de menor ingreso per cápita. Eso claramente indica una distorsión. Además, se cambió el sistema tributario, que antes era integrado e inducía al ahorro y a la capitalización de las empresas, y se desintegró, lo que afecta la inversión e innovación.
Además, en ese período se hizo una reforma a la educación primaria y secundaria institucionalmente bien profunda. Y eso explica, a mi juicio, el problema que tenemos también de inversión en capital humano y los resultados en la prueba PISA, que muestran el deterioro.
"El riesgo de un nuevo estallido está en un gobierno de Jeannette Jara, porque no ofrece lo que la gente actualmente está demandando”.
Y el tercer problema es que se deterioraron las reglas del juego para llegar a acuerdos políticos. Se cambió el sistema electoral a uno proporcional, con el problema de que se dificulta la gobernabilidad.
- Ha habido muchos diagnósticos en estos años respecto de qué se requiere para volver a crecer, pero ¿cómo llevarlo a la práctica y lograrlo?
- Creo que hoy tenemos una oportunidad. La ciudadanía quiere orden, crecimiento y desarrollo. Y vemos que hay consenso en muchas propuestas de los candidatos en que el país debe plantearse una meta de crecimiento en torno al 4%. Es también lo que proponen economistas de distintos sectores, como los que trabajaron en el documento El Puente. Es una meta difícil, pero fija un horizonte. Hay problemas institucionales que resolver. Hay que cambiar el sistema político, hay que modernizar el Estado, hay que hacer una reforma tributaria que baje el impuesto a las empresas, y hay que avanzar en la reforma de la permisología aplicando la ley nueva, pero también avanzar más en otras áreas, y hay que reforzar la estrategia exportadora.
“Unidad en el futuro gobierno”
La candidata de Larroulet para la elección presidencial es Evelyn Matthei. Asegura que ella es quien puede enfrentar el desafío de retomar el crecimiento económico y dar seguridad. “La tarea hacia adelante es compleja, en muchos frentes y habrá que priorizar, pero ella tiene la experiencia y muy buenos equipos para hacer eso. Confío mucho en su capacidad”.
- ¿Qué le parece la división con la que llegaron las derechas a la elección presidencial, pese a que suman mayoría como usted mismo destaca?
- Claramente hay una división. Y si uno mira la historia de Chile, muchas veces esa división ha sido muy costosa para el país desde la perspectiva del desarrollo. Por eso es muy importante que, cualquiera sea el resultado, haya unidad en el futuro gobierno. Encuentro muy valioso el trabajo que ha hecho Evelyn con la incorporación de figuras del mundo de la Concertación, como José Pablo Arellano, y otras personas que estuvieron por el Rechazo del 4 de septiembre. Por eso, independiente de quién sea, el ganador deberá mantener unida a la coalición del Rechazo y sumarla a los equipos del nuevo Gobierno a partir de marzo. Para los chilenos sería una enorme frustración que no hubiera unidad en la centroderecha y derecha para acometer los desafíos de volver a crecer y poner orden en el país.
- ¿Y si pasaran a segunda vuelta y llegaran al Gobierno Kast o Kaiser? ¿Qué debieran hacer Chile Vamos, Demócratas y Amarillos, que apoyan a Matthei?
- La coalición tiene que organizarse más y el detalle de cómo se hace eso lo dirán los expertos. Pero sin duda el desafío es enorme, al igual que la oportunidad. Se requiere una coalición amplia, que ojalá abarque a toda la coalición del 62% que permitió el Rechazo, porque el desafío de gobernar es gigantesco.
- Como cercano colaborador del Presidente Piñera, ¿cree que se acaba el “Piñerismo” si pasa Kast a segunda vuelta y no Matthei?
- El Piñerismo no es una cosa organizada que juegue un rol político. En democracia ese rol lo juegan los partidos. Eso el Presidente lo tenía muy claro y lo transmitía siempre. Él se jugó por la unidad del sector y, con espíritu público amplio, incluso le estaba sugiriendo medidas al Presidente Boric la noche anterior al día que falleció.
- Pero Kast fue muy crítico del segundo Gobierno del Presidente Piñera…
- Sí, pero el mismo Presidente siempre decía: “Vaya liviano con las diferencias”. Siempre hay diferencias en política, pero sería un grave error que Kast dijera “no” a tal o cual persona, porque trabajó en el Gobierno de Piñera. Uno debe tener los mejores equipos, sean de donde sean. Porque, insisto, lo que debe primar es el anhelo ciudadano de orden y progreso. No puede ser que, por una pelea de décimo orden, nosotros como sector -lo digo en el sentido amplio- no fuésemos capaces de hacer las reformas que se requieren.
Hay que trabajar un acuerdo político amplio de todo el mundo que estuvo en favor del Rechazo. Pienso que hay un nuevo clivaje en este país. Se acabó el clivaje del “Sí” y el “No”. Ahora es “Desarrollo con democracia y justicia” o “No desarrollo”. Ese es el clivaje desde que se rechazó la propuesta populista socialista de la primera Convención.
- Asumiendo que hoy el Presidente Piñera apoyaría a Matthei, ¿qué cree que habría hecho él en segunda vuelta si pasara Kast?
- Creo que habría votado por él, obviamente. Es más importante el país que una pelea del pasado.
¿Un nuevo estallido?
- ¿Cómo ve el desafío de la gobernabilidad en un nuevo gobierno de derecha? Algunos advierten que “la calle” podría volver a manifestarse.
- Hoy, el desafío de la gobernabilidad se observa en todo el mundo, no es una particularidad de Chile. El fenómeno del octubrismo violento que nosotros vivimos está en todas partes. Lo positivo es que Chile supo resolver ese problema con democracia y buenas políticas. Por eso es importante tener una coalición amplia, que pueda hacer las reformas que nos permitan orden y progreso, que es lo que la ciudadanía demanda.
- Algunos en la izquierda dicen que Jeannette Jara es quien garantiza paz social. Usted, que estaba en La Moneda para el estallido del 2019, ¿no teme que pueda venir otro?
- Si se quiere que el país progrese, que viva en paz y en democracia, el chantaje no es el mecanismo. Y, además de considerar eso un chantaje, difiero en lo profundo. Estoy convencido de que la violencia que vimos con el octubrismo descansa, en parte, en que había un ambiente de frustración en los chilenos que, en mi opinión, tiene que ver con lo que conversamos antes: Chile venía creciendo al 5% anual y eso se detuvo con el segundo Gobierno de la Presidenta Bachelet. Eso genera una frustración enorme en la clase media y en los jóvenes, que fue arengada por la misma izquierda que hoy está en el Gobierno y generó lo que sabemos.
- ¿Y podría venir una nueva arenga?
- La ciudadanía va a estar mucho más tranquila si ven que se avanza en orden y de progreso, que es su actual demanda. Jeanette Jara no ofrece nada de eso. Actualmente, la ciudadanía está en otra. Por eso digo que se vacunó de las ideas de izquierda y por eso Jara tiene cerca del 30%. La mayoría del 62% quiere orden y progreso y esas son las ideas que le proporciona la derecha.
- ¿Y eso garantiza la paz social?
- Obvio. El riesgo de un nuevo estallido está en un gobierno de Jeannette Jara, porque no ofrece lo que la gente actualmente está demandando. Al contrario, el FA y el PC son quienes se oponen en el Congreso a una reforma a la ley de inteligencia, al proyecto de reglas de uso de la fuerza o a que las Fuerzas Armadas puedan proteger infraestructura crítica. Por lo tanto, es demasiado evidente que quienes usan la violencia para tratar de obtener resultados políticos son el Frente Amplio y el Partido Comunista.
Proyecto del FES: “No hay tiempo para que este Gobierno lo despache, se requiere más debate”
- Usted ha cuestionado con fuerza el proyecto del FES, ¿qué le pareció el pronunciamiento de la Contraloría y el problema de contabilidad fiscal que advirtió?
- Ya se sabía que había un problema presupuestario, que se suma a otras malas estimaciones de parte de las Dipres durante este Gobierno. Ahora, creo que la señal de la Contraloría va a obligar a pensar bien el proyecto y no apurarlo. Porque tiene varios problemas. El proyecto del FES constituye un impuesto a los graduados, al quitarle los recursos que provienen de las familias a las universidades. Tiene un efecto de pérdida de autonomía de las universidades, porque el mecanismo hace que el Estado fije los precios de las carreras y las cantidades, y fijar precios a miles de carreras universitarias que no son homogéneas es imposible. Además, como todos los recursos de las universidades pasarían por el Estado, si el día de mañana hubiera una crisis económica que lo afecte, también se podría poner en duda la estabilidad económica del sistema universitario.
Las reglas del juego del sistema universitario chileno en los últimos 40 años han tenido un impacto positivo muy importante. Hoy Chile está en los rankings de las mejores universidades del mundo, somos el país número uno de América Latina en producción científica por habitante. Todo eso se pone en riesgo con el FES.
- ¿Qué se debe hacer?
- Hay que hacer un debate mucho más profundo en la Comisión de Educación del Senado. En ese sentido hay que valorar que se estén tomando el tiempo para recoger las distintas visiones que hay sobre este proyecto.
Hay que arreglar el CAE, sin duda. Pero toda la evidencia del mundo dice que los créditos contingentes al ingreso son los mecanismos más exitosos. Eso no se debe sustituir por un impuesto al capital humano.
- ¿Cree que el proyecto se alcance a tramitar en este Gobierno o queda para el siguiente?
- No hay tiempo para que este Gobierno lo despache, se requiere más debate.
"Se acabó el clivaje del “Sí” y el “No”. Ahora es “Desarrollo con democracia y justicia” o “No desarrollo”. Ese es el clivaje desde que se rechazó la propuesta populista socialista de la primera Convención”.

35 años de LyD: “Ha contribuido y sigue contribuyendo al progreso de Chile”
- LyD está celebrando sus 35 años y usted fue director ejecutivo durante 20 años y actualmente es consejero. ¿Cuál ha sido el aporte del Instituto al país durante todo este tiempo?
- Su contribución es tener buenas políticas públicas. Libertad y Desarrollo nació como una institución que iba a especializarse en el tema de las políticas públicas y para eso se armó un equipo. En estos 35 años ese equipo se ha ido renovando, pero el corazón de aportar a las políticas públicas para Chile se mantiene y, sin lugar a duda, esa contribución ha sido y sigue siendo positiva.
Por ejemplo, en estos años, Libertad y Desarrollo colaboró en las distintas comisiones de reformas importantes que se hicieron en el país. Estuvo en la primera Comisión de Reforma a la Educación en el Gobierno del Presidente Frei, la Comisión Brunner. Y en los Gobiernos de los Presidentes Frei y Lagos, que trabajaron para tener acuerdos de libre comercio con Estados Unidos y con Europa -que entonces eran desafíos mayores-, Libertad y Desarrollo también colaboró.
También hace una contribución permanente en el trabajo del Congreso, planteando observaciones y propuestas a la legislación. Todo esto con una mirada basada en la libertad, la democracia y una economía de mercado abierta al mundo. Por lo tanto, Libertad y Desarrollo efectivamente ha contribuido y sigue contribuyendo al progreso de Chile.
- LyD es un centro de estudios ligado a la derecha que ha permanecido durante distintos gobiernos, ¿qué desafíos implicó para su independencia mantener su labor durante los Gobiernos del Presidente Piñera, que era más afín?
- Muchas personas que estaban en Libertad y Desarrollo, como yo, salimos para irnos al Gobierno, por lo que también fue un semillero de espíritu público. Y el desafío, como lo pensó Hernán Büchi desde el primer día, era mantener la independencia de la institución, no obstante que hubiera un gobierno de similares ideas. Eso significó muchas veces las críticas de Libertad y Desarrollo a la gestión del Presidente Piñera y también aportes al trabajo del Gobierno.
Siempre recuerdo que, pese a las críticas, todos los días viernes, cuando llegaba el documento que se llama Temas Públicos -que sagradamente publica Libertad y Desarrollo todas las semanas desde hace 35 años- el Presidente Piñera lo leía y, como era su costumbre, lo subrayaba.

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