Era imponente y tecnológico, casi como un prototipo de "Transformer" sacado de la ficción y, al parecer, a ese género parece que se encamina el Autobús Elevado de Tránsito (TEB-1, por sus siglas en inglés).
A comienzos de agosto el gigantesco bus con forma de túnel, espacio para 300 pasajeros y capaz de pasar por encima de otros automóviles y sortear así la congestión vehicular, debutaba de manera experimental en las calles de la ciudad de Qinhuangdao, en el nororiente de china.
Su debut fue majestuoso y la gente y los medios de todo el mundo miraban asombrados sus 22 metros de largo, 4,8 de alto y 7,8 de ancho, que innovadoramente le permitían circular sobre dos carriles de un camino y pasar por encima de los automóviles.
La idea que llevaba años siendo estudiada en China era una apuesta, pues tras recorrer los 300 metros en la exhibición quedaron al descubierto algunas falencias. Entre otras, tenía dificultades para girar en las curvas. ¿Otra y grave? Sólo los vehículos que no superasen los 2,1 metros de altura podrían pasar por debajo del autobús, un problema tomando en cuenta que en China está permitido que circulen vehículos de hasta 4,2 metros.
Además, pesó mucho más de lo previsto y no cumplió con los estándares de seguridad.
Sus dificultades, posiblemente, fueron mayores que sus virtudes, pues hasta hoy permanece sin movimiento en el mismo lugar donde recorrió esos 300 metros, "amparado" por una especie de caparazón para ocultarse de la vergüenza.
Dos cuidadores comenzaron a hacerle guardia, pero ya ni con eso cuenta ya que según versiones de prensa dejaron botado al TEB-1 por estar con sueldos impagos.

