Cultura

Alberto Montt y su experiencia en Patreon: ¡Estoy alucinado!

El dibujante lleva cuatro meses activo en la plataforma de micromecenazgo donde los usuarios aportan cierto monto mensual para que distintos autores puedan desarrollar su trabajo creativo. Montt confiesa que tenía ciertas aprensiones, pero que la pandemia fue el escenario ideal para lanzarse en esta nueva experiencia.

Por: Sofía García-Huidobro | Publicado: Viernes 28 de agosto de 2020 a las 12:00 hrs.
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Foto Lorena Palavecino
Foto Lorena Palavecino

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“¿Le agrando las papas?”, con su característico humor, el ilustrador e historietista ecuatoriano-chileno presenta las alternativas para convertirse en su mecenas a través de Patreon, plataforma de micromecenazgo para proyectos artísticos y creativos. Hay distintas opciones de aporte mensual, por $3 (Mecenas), $6 (Mecenas de mejor calidad), $10 (Mecenas real, no como los anteriores), $20 (Usté ya no es un mecenas, es un ángel) y $60 (Todos quieren ver qué contiene esto). Cada pago compromete beneficios diferenciados. “Estás pagando para que una gran masa de zánganos disfruten también, pero esto demuestra que tú sí eres una gran persona”, va comentando Montt en la descripción de cada tarifa: “Una imagen mensual en alta resolución para que lo uses como wallpaper, o lo imprimas y vendas en el mercado negro, sets de páginas para colorear, tu nombre aparecerá en los agradecimientos de uno de los libros que edite este año, un retrato digital personalizado en mi estilo (es decir, medio mal hecho) para que lo uses como avatar, te hagas una camiseta o simplemente le des instrucciones a tu cirujano plástico de cómo quieres lucir”. A esos contenidos previamente comprometidos se suman algunas sorpresas extras, como el acceso previo al podcast que realiza con su dupla creativa, el dibujante argentino Liniers, o la invitación a ver y comentar una película en conjunto.

Microsueldo colectivo

La lógica de mi humor siempre parte desde la ansiedad. Esa exageración tiene que ver con que si me voy a caer, prefiero lanzarme al precipicio. Decir: ponme like, ayúdame, y que pase lo que tenga que pasar”, dice el ilustrador que se instaló en Chile en 1998 y que desde entonces ha colaborado para múltiples medios de comunicación y publicado más de diez libros. El último, titulado Ansiedad, lo comenzó en enero y lo lanzó a comienzos de este mes. El 11 de abril anunció a través de su cuenta de Instagram @albertomontt que finalmente había decidido unirse a Patreon, iniciativa fundada en 2013 por el músico norteamericano Jack Conte y el desarrollador chino Sam Yam, miembro de la aceleradora Y Combinator. Se diferencia del sistema de crowfunding porque se trata de apoyar el desarrollo creativo de algún autor, más allá de un proyecto específico. Una especie de microsueldo colectivo. Actualmente el dibujante cuenta con 236 mecenas, como él prefiere decirles, aclara que también se usan los términos patrones, patroncitos, aportantes. Ellos pagan directamente a la plataforma a comienzos de cada mes. Patreon se queda con un 8% y le deposita el resto. Restando la comisión de Paypal y del banco, Montt calcula que recibe en torno al 85% de lo que los mecenas aportan. Conoce la plataforma hace más de tres años y él mismo es mecenas de tres cuentas, la del divulgador científico Gabriel León, y de dos dibujantes estadounidenses. Habla además de otros ilustradores chilenos que participan en Patreon, como Catalina Bustos (catabu), Matías Prado y Francisca Meneses (frannerd). La última actualmente tiene 2.748 mecenas lo que equivale a un ingreso mensual de $8.380 dólares. 
¿Por qué te costó decidirte a entrar a Patreon?, ¿Cuáles eran tus aprensiones?
-Tuve dudas porque una cosa es que te financien un proyecto, y otra cosa es que la gente esté dispuesta a pagarte un sueldo. En Estados Unidos y Europa la idea de colaborar con creadores de contenidos es muy común, de hecho en sus propios sitios tienen el botón “dona aquí”. Pero en un contexto como el latinoamericano donde existe la idea de que todo tiene que ser gratis o para qué vas a pagar, si te lo están dando, es distinto. Tuve el susto de que a la gente no le iba a hacer sentido el concepto. Luego venía otra duda: ¿quiénes son mis seguidores? ¿tienen tarjeta de crédito internacional? Y la tercera tiene que ver más con complejos. Vivimos en una sociedad super exitista, donde dar alguna señal de debilidad o carencia es hasta mal visto. Eso está super arraigado. Entonces ese fantasma en mi cabeza pensaba: “Estoy pidiendo limosna”. Pero la pandemia fue la patada inicial: el mundo se está cayendo a pedazos, esta es la oportunidad. 
-También, me imagino, está el factor ego: “¿a la gente le va interesar?”
-Absolutamente. Y no solo el ego de qué pasa si no llega nadie, también la posibilidad de que lleguen muy pocos y no sea rentable generar contenido. Si llegan 15 personas, el tiempo que toma crear todo ese contenido no se justifica con la cantidad de plata que ingresa. Pero ahí viene algo que yo entendí después de entrar en la plataforma y que tiene que ver con la generación de comunidad.
-¿Se crea un compromiso distinto? 
Algo así. Se me hace más cercano y lógico generar contenido exclusivo para la gente de Patreon y olvidarme del resto. Lo alucinante es que le pregunté a mis mecenas: ¿Qué les parece si me dedico a hacer contenido solo para Patreon? La respuesta 99 a 1 fue: “¡No, estamos acá para apoyarte y que sigas haciendo lo que hacías siempre!” Fue como cuando te abren la ventana en la mañana y entra el sol. Una tremenda revelación en el sentido de su generosidad, apoyarte más allá de esperar recibir cierta recompensa. 
-O puede que lo vean como una inversión y les conviene que sigas existiendo afuera y no solo en el club. 
Claro, si lo ves como inversión, tiene más sentido ser parte de un selecto grupo que apoya a un personaje que se mantiene vigente, en cambio si desaparezco del mundo exterior, la tarjeta de membresía pierde valor. No lo había pensado así, pero me hace sentido. De todas maneras es lindo que alguien te apoye. Y si hago un show con Liniers, mis mecenas tendrían una entrada como parte de la suscripción, pero que incluya acceso al camarín. Quizás es una tontera pero me gustaría conocer a quienes están dispuestos a apoyarme con su generosidad. 
-¿Ha sido una experiencia grata?
¡Estoy alucinado! Al punto que lancé mi libro Ansiedad y tuve la necesidad de mostrarle la portada a mis mecenas y preguntarles qué opinaban, algo que nunca habría hecho en redes sociales. Si me piden hacer un retrato de alguien yo cobraría unos $200-$250 dólares, pero en Patreon se lo regalo a mis mecenas al tercer mes de la suscripción de $10 dólares.
-Respecto de tus intenciones iniciales de contar con más tiempo para desarrollar tu trabajo creativo, ¿ha resultado así?
Si llego a una línea base de flotación, efectivamente voy a tener más tiempo. Porque es la misma demanda de trabajo si tienes 50 ó 1.000 mecenas. Todavía estoy lejos de esa línea, la calculo en torno a 500 seguidores. Eso me permitiría trabajar en proyectos largos, de seis meses, sin tener que tomar trabajos extras. Tengo mis esperanzas cifradas en que la gente que se anime a suscribirse, crezca. Me gusta compartir mi vida en la ilustración, en este nuevo espacio seguro.
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Una publicación compartida de Alberto Montt (@albertomontt) el 19 Ago, 2020 a las 2:02 PDT

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