Entrar al salón principal del Ritz-Carlton Santiago era como acceder a una bomba de bencina. Los anfitriones de Baker —la sociedad inmobiliaria de Southern Cross que arrienda los terrenos donde operan las estaciones de servicio de Aramco y que está en venta— ambientaron el lugar con estética de una estación de servicio de la marca árabe. Pero no solo eso. También hubo múltiples referencias a Fórmula 1, como un vídeo que comparaba a la compañía con la conocida competencia automovilística. La idea, dicen personas conocedoras, era transmitir que Baker es una empresa rentable y segura, en sintonía con su socio Aramco, también es patrocinador de la F1.
El video destacó las principales credenciales de la compañía: clasificación AA, 95 activos distribuidos a lo largo de Chile y 89 contratos vigentes con Aramco. También subrayó las cuatro cualidades que —según la propia firma— definen su modelo: seguridad, adaptabilidad, dinamismo y eficiencia en la gestión. En cifras, Baker exhibió ingresos por US$ 17 millones y utilidades netas por US$ 14 millones.

El Investor Day, un formato tipo roadshow diseñado para reunir a potenciales interesados en la compra de la compañía, congregó a más de 250 asistentes —un centenar más de lo previsto— y se convirtió en uno de los eventos más comentados del circuito financiero esta semana. En el escenario, Jaime Besa, socio de Southern Cross, presentó los detalles de la firma al estilo Steve Jobs: sin papeles y con micrófono inalámbrico. Cuando terminó su exposición y subió el panel de preguntas, sonó Drive My Car, de The Beatles.
Aunque fuentes desde la gestora aseguran que el proceso de venta de Baker recién empieza, en los pasillos se comentaba que los interesados abundan. Entre ellos, se mencionan family offices locales, compañías inmobiliarias, aseguradoras y fondos institucionales.
