“No entren a nuestro país ilegalmente. El viaje es peligroso y, al final, los atraparemos y los enviaremos de regreso”, dice una voz de doblaje al español con la imagen de la secretaria de Seguridad de Estados Unidos, Kristi Noem. El spot de 30 segundos fue emitido dos días de la semana pasada en el noticiero central de Mega, sólo días antes de que la autoridad que ha liderado la política migratoria de EEUU visitara Chile.
El material, realizado por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) fue puesto tal cual, sin ninguna edición, en varios medios latinos de habla hispana por la agencia de medios Quiroga, que tiene oficinas en Argentina, Chile, Perú, México, entre otros mercados.
En Chile, en televisión abierta sólo fue comprado el espacio por dos días en Mega, mientras que en radio ha estado pasando en 13C, Infinita, Duna, Agricultura y Universo, contrato que vence este domingo. El perfil que pidieron directo desde Washington era que los medios fueran informativos y con un perfil serio por el tipo de mensaje que querían entregar.
Según conocedores de la trastienda de esta campaña envasada, en algunos medios hubo debate sobre emitir o no el comercial, por su tono y contenido. Sin embargo, aunque en áreas de contenido hubo resquemores, las áreas comerciales defendieron llevar adelante la publicidad y fueron altos ejecutivos quienes definieron aprobar la emisión.
La reacción en redes sociales fue intensa e incluso el Consejo Nacional de Televisión (CNTV) ha recibido 54 denuncias hasta el viernes por el spot en Mega, acusando daños a la moral y a la honra del ser humano. El Consejo revisará las denuncias y las responderá en los próximos días.
En cuanto a los costos, según entendidos, en el caso de televisión un anuncio de 30 segundos en horario prime tiene un valor cercano a los $ 8 millones, aunque otras fuentes cuentan que el valor podría haberse elevado hasta los $ 25 millones, mientras que en radio bordea los $ 2 millones por la campaña completa, cuyo mensaje se repite varias veces. En total, la campaña en Chile habría costado unos $ 40 millones.