Durante décadas, el esquema 60/40 fue la regla de oro en el mundo de las inversiones. La idea era la siguiente: destinar 60% a acciones para capturar crecimiento y 40% a bonos para amortiguar los golpes del mercado. Así, miles de fondos, bancos y asesores lo convirtieron en el modelo por defecto de inversión.
Pero en los últimos años, algo cambió.
La lógica detrás del 60/40 era que cuando las acciones caían, los bonos solían subir, amortiguando las pérdidas. Pero en los últimos años, han advertido distintos expertos, ambos activos han tendido a moverse en la misma dirección. Y eso ha hecho que la estrategia pierda efectividad.
En ese contexto, ha resurgido una fórmula con décadas de historia, pero con escasa masividad: el 25/25/25/25. Este modelo propone distribuir en partes iguales inversiones en acciones, bonos, oro (o materias primas) y efectivo. Fue creado en los años ochenta por Harry Browne, un destacado asesor de inversiones y excandidato presidencial del Partido Libertario en Estados Unidos. Su premisa era tener al menos un activo que funcionara bien sin importar el ciclo económico.
Y además, cada uno de los activos “sigue” una tendencia de mercado: expansión, deflación, inflación y recesión.
Vuelta de tortilla
Desde inicios de 2025 esta estrategia ha tenido uno de sus mejores desempeños históricos. Según cálculos de Bank of America, este modelo –cuando se aplica con activos estadounidenses– ha rendido un 16%. Esto ha rentado más que el clásico 60/40 e incluso por sobre el S&P 500. En el acumulado de los últimos cinco años, ambos esquemas han obtenido retornos similares, con cerca de 9% anual, pero el 25x4 ha tenido menores caídas.
Es por eso que medios especializados han vuelto a mirar con atención este modelo. También lo han discutido analistas, bancos y foros digitales como Reddit.
Según The Economist, el portafolio 25/25/25/25 es inusual porque desafía varios principios tradicionales de la asignación de activos. Uno de ellos es que los porfolios deben concentrarse solo en instrumentos que generen flujos de caja, como dividendos o intereses. Las acciones lo hacen, a través de las utilidades de las empresas. Los bonos también, vía cupones. Pero el oro no genera retornos y el efectivo tampoco.
Pero ahora, Michael Hartnett, estratega jefe de inversiones de Bank of America Global Research—y uno de los analistas más seguidos de Wall Street por sus advertencias sobre una posible “burbuja” en los mercados—, ha vuelto a poner sobre la mesa este modelo. Según algunas personas del mercado, esta distribución refleja mejor el tipo de década que estamos viviendo: una con inflación persistente, tasas más altas y mayor volatilidad.
¿Y en Chile?
A pesar del hype, no todos los expertos ven con buenos ojos esta tendencia.
Para Javier Mella, académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la Universidad de los Andes, la distribución de activos en un portafolio debería depender no solo de las condiciones de mercado, “sino que también de las características de la persona o institución que está invirtiendo, en términos de, por ejemplo, su tolerancia al riesgo, horizonte de inversión o restricciones especiales”.
Respecto al buen momento del modelo 25/25/25/25, Mella dice que se da principalmente por el buen desempeño de commodities como el oro y el cobre. “También en periodos de alta incertidumbre, o con valorizaciones de las bolsas a nivel internacional bastante altas en términos históricos, es esperable que exista un mayor interés en efectivo. Con todo, 25% en efectivo como estrategia de largo plazo es muy alto, aunque tácticamente si existan periodos donde sea una buena opción”.
Esto no significa que el tradicional modelo de 60/40 haya pasado de moda. Todo lo contrario. Mella afirma que “los datos históricos muestran que las clases de activos (acciones, bonos, oro, etc) que tienen mejor rendimiento en un periodo, no suelen ser las que tienen mejor rendimiento en los periodos siguientes, existe mucha variabilidad en cuales son aquellas que tienen mejor desempeño”.
¿Pero qué pasa en Chile? Mella lo responde: “El problema de una estrategia con alta exposición a commodities (como el 25/25/25/25), es que tanto la economía chilena como latinoamericana ya está expuesta al rendimiento de estos. Entonces, uno debiese limitar la exposición para no tomar posiciones que están demasiado expuestas. En simple, el gasto público, y nuestros ingresos de otras fuentes, ya son en cierta medida afectados por las materias primas”.