Si bien los agentes financieros poco y nada saben de política cuando uno habla con personas de ese mundo, la magia del conocimiento agregado provoca que tras el movimiento de los índices bursátiles se encuentre el perfecto análisis de probabilidades y escenarios tras una elección. ¿Qué irá a pasar mañana? Traspasará el IPSA la barrera psicológica -si me permiten darme ese gusto- de los 10.000 puntos, o por el contrario se hundirá arrastrando con ello a los felices e incautos inversionistas que lo han visto trepar casi sin pausa durante estos últimos meses. La respuesta estará esta noche cuando conozcamos los resultados presidenciales y muy especialmente la conformación del nuevo parlamento.
Una de las cosas divertidas de este juego es que es extraordinariamente difícil dimensionar -si fuese fácil yo no estaría escribiendo columnas- cuánto de la probabilidad de que la derecha tenga mayoría en el Congreso está ya incluido en las alzas del IPSA en las últimas semanas. Seguro que una buena cuota, pero cuánto es imposible saber. Curiosamente, detrás de la marea derechista hay harto análisis cualitativo, pero muy pocos datos de calidad. Las encuestas regionales brillan por su ausencia y las pocas que se conocen no dan mucha confianza. Zonas como Valparaíso y el Maule pueden ser determinantes para dilucidar si la derecha mantiene su primacía en el Senado o pasa a estar empatada con la izquierda. Esto último no sería para nada extraño.
Independiente del resultado presidencial, un empate en el Senado sería una mala noticia para este mercado que sueña con reducciones de impuestos, recorte de gasto público y una poda efectiva a la permisología que detiene proyectos de inversión. El mercado es así, no sólo es cruel como decía don Patricio, sino que además suele ser muy exigente y corrige rápido frente a la incertidumbre. Por el contrario, si se ratifica el triunfo de la derecha en diputados y senadores es muy probable que veamos al índice con viento de cola durante la semana que viene.
Naturalmente, estos análisis funcionan si las encuestas se materializan y Kast pasa a segunda vuelta con alta probabilidad de ser elegido. En el caso de que las encuestas fallen estrepitosamente, el único escenario donde el IPSA seguiría siendo feliz es en el improbable evento de que Evelyn sea la triunfadora de la “primaria” de derecha. En cualquier otro caso, a afirmarse. Un Kast ganador, pero debilitado y con una Jeannette por sobre los 35 puntos, haría a varios ponerse nerviosos. Y para qué decir si Kaiser da la sorpresa y es él quien pasa a segunda vuelta, en ese caso habría que prepararse para una corrección del IPSA de dimensiones insospechadas. No sólo por la probabilidad de que la derecha dilapide una elección que tenía “ganada” sino porque aún ganando el nivel de incertidumbre de ese futuro Gobierno sería muy difícil de tolerar para el siempre conservador Mr. Market.
Lo único bueno, es que quedan pocas horas para resolver el enigma del IPSA de mañana. Igual, no nos hagamos los valientes: ¡qué nervios!