Opinión

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Lo que nos enseñó la jibia (sobre el cuerpo y el cerebro humano)
Lo especial de este molusco cefalópodo es que uno de sus axones es tan grande que se puede ver a simple vista, con casi un metro de largo y hasta 1,2 milímetros de grosor. Eso permitió a los científicos hacer experimentos que en otros animales eran imposibles. Pudieron medir, estimular y observar cómo viajan las señales eléctricas. Fue un gran salto para la neurociencia, y puso a Chile en el mapa del conocimiento científico.