Una startup curicana que nunca levantó capital y que proyecta facturar US$ 35 millones este año acaba de comprar el negocio de prepago de Fpay, la billetera digital de Falabella. Haulmer desde sus inicios ha querido hacer las cosas de manera distinta, dice uno de sus cuatro fundadores, Enrique Álvarez. Son todos de Curicó, fueron compañeros de colegio y fundaron la fintech en 2017. Tienen 254 empleados, el 80% de ellos son de regiones, un 40% son mujeres y el trabajo es 100% remoto. Desde hace seis años tienen jornada laboral de 40 horas y el año pasado vendieron US$ 20 millones.
San Feng, hijo de taiwanés que se radicó en Curicó, inicialmente creó un negocio de hosting (alojamiento web), pero en enero de 2017 convocó a tres amigos para tomar nuevos rumbos. Sumó a Juan Manuel Parraguez, Miguel González y a Enrique Álvarez, todos computines. Así crearon su primer proyecto.
Lo llamaron Open Cargo, y era una especie de Uber para transportistas. “Fue nuestro primer fracaso”, recuerda Álvarez. Más allá de algunas pruebas, la aplicación nunca vio la luz. Sin embargo, mientras creaban esta iniciativa desarrollaron un software de boleta electrónica. El nombre elegido fue Open Factura, y empezaron a crecer.
“Pero el impacto no fue el esperado”, confiesa. “Cometimos el error de pensar que la gente estaba muy disconforme con el servicio de facturación del Servicio de Impuestos Internos, y no era tan así”, explica. Poco después -en marzo de 2021- empezó a regir la ley que exigía la boleta electrónica y ahí se dispararon las ventas. Ahí, ya tenían su propia máquina POS (point of sale, máquinas para recibir pagos con tarjetas).
Muchos de los proveedores de este servicio -recuerda Álvarez- compraban los rollos de papel en Chile, pero ellos querían disminuir el costo e importaron un container con 500 mil unidades desde China. El día que llegó el pedido nunca se les va a olvidar: fueron horas descargando cajas. Terminaron pasadas las 2 am y tuvieron que cortar la calle por el tamaño del container. Fue el 24 de mayo de 2021.
El brote
Así, ya tenían OpenFactura, SimpleBoleta (el software de OpenFactura instalado en equipos propios) y siguieron con el propósito propuesto en sus inicios: facilitarle la vida a los emprendedores. El boom, eso sí, sabían que en algún momento terminaría, y al poco tiempo una maquina para emitir boletas sería un commodity. Por eso se reunieron los cuatro socios y trazaron un plan a largo plazo para entregarle a los emprendedores “todas las herramientas necesarias para resucitar cuando estén muriendo”, recuerda Álvarez. Hoy en día tienen cerca de 40 mil clientes que emiten documentos con ellos.
Aledaño a esto, han creado otras marcas. Tienen Tuu (máquinas para aceptar pagos con tarjetas), Chilefirmas (para obtener firma digital), Blue Hosting (web hosting para emprendedores) y Open Cloud (servidores en la nube).
En Tuu tienen el 10% del mercado de máquinas sin contar las que tienen los grandes comercios. También ofrecen servicios para agendar hora, mantener inventario y financiamiento. Este año entregarán US$ 17 millones a sus comercios. Están procesando US$ 140 millones al mes.
Dice Álvarez que es eso lo que los mueve a crear nuevos productos. Está relacionado al nombre de la firma: “Haulm” es el tallo o brote inicial de una planta, un símbolo de germinación y “er”, indica persona que ejerce una acción. Así, un Haulmer es “quien hace brotar; el agente que impulsa el crecimiento desde sus inicios. Representa nuestra intención genuina de que los negocios crezcan con nosotros y desarrollen su potencial”, reflexiona.
Deal con Falabella
En este camino, el CEO, San Feng -el visionario del equipo, describen-, propuso que el camino debía ser convertirse en un neobanco. Para lograr ese objetivo existían dos caminos. El primero era conseguirlo por su propia cuenta y contratar una consultora para que los guiara. Esta vía sería tediosa y larga, pero no imposible. La segunda opción era comprar una licencia existente.
La liquidez del negocio (son rentables desde 2020) y el hecho de que todas las decisiones las toman ellos, porque no se han diluido en ningún momento, les abría la puerta a la segunda opción.
En mayo de 2024 Feng se enteró de que Falabella cerraría Fpay, la billetera digital del grupo. Así se abría una puerta para tomar la segunda opción para comprar una licencia. Tras meses de negociaciones, en noviembre de 2024 se cerró el acuerdo y comenzó el traspaso de sociedad, que terminó en marzo de este año.
En concreto, adquirieron la sociedad Digital Payments que operaba el negocio de prepago que operaba Fpay. Es decir, esa marca sigue en manos del retailer y ellos solo compraron la licencia para entrar al negocio de prepago.
Fue una negociación dura -“como todas las negociaciones”, cuenta Álvarez-, “pero una de las virtudes de San es ser un buen negociador. Es capaz de convencer a los demás de que contribuyan a nuestro propósito. Además, teníamos más alternativas y no había presión”.
No revela el monto de la transacción, pero gracias a ella obtuvieron el primer paso para ser un neobanco: el permiso para ser emisores de tarjetas de pago con provisión de fondos no bancarias.
Desde esa firma Haulmer tiene una licencia para operar; sin embargo, explica Álvarez, están recién finalizando un proceso con la CMF para poder operar. Además, están trabajando con una agencia de publicidad para darle el nombre a esta nueva marca. Feng está a cargo de este nuevo negocio y “es como si hubiera vuelto a emprender de nuevo”, cuenta su socio.
Sus otras líneas de negocio siguen creciendo y ya registraron la empresa en México y Perú.
Los socios, todos bordeando los 40, viajaron a China en julio para conocer a sus proveedores “y sentir la tecnología que se vive allá”, cuenta el ingeniero. Dice que no vieron nunca una moneda ni un billete, y se les reafirmó la visión que tienen con su negocio.
Aún les quedan etapas. Pero esperan más temprano que tarde hacerse con una licencia bancaria que les permita convertirse en el neobanco que apoye a las pymes.