Un capítulo especial tuvo en la última cuenta pública del fiscal nacional, Sabas Chahuán, -tras 8 años al mando de la institución- los casos FUT, Penta y SQM. Mientras se refirió a ellos, las dos pantallas gigantes dispuestas alrededor del podio ubicado en el salón Bulnes del Hotel Crown Plaza, mostraban una imagen de Chahuán junto al fiscal Carlos Gajardo entrando a las dependencias del Centro de Justicia cargados de carpetas.
El persecutor dedicó cerca de diez minutos, de los casi 50 que duró su alocución, a explicar cómo se está trabajando para investigar todas las llamadas aristas que hoy se encuentran en el ojo de la opinión pública.
Bajo la atenta mirada de la presidenta Michelle Bachelet, el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, y el vocero de gobierno, Álvaro Elizalde, Chahuán partió afirmando: "Para expresarlo en claros términos: sin duda Chile no es un país corrupto, pero sí existen corruptos que perseguir penalmente", marcando cierta distancia con la última cuenta del contralor Ramiro Mendoza, quien alertó respecto a que la "corrupción había llegado" y no había que "cerrar los ojos ante aquello".
Chahuán calificó estos hechos como graves, destacando que, para estos casos, era preferible llegar a los juicios y evitar lo más posible la suspensión condicional del procedimiento. En ese sentido, el fiscal reconoció que este tipo de delitos son de alta complejidad y algunas veces se toma más tiempo en el proceso investigativo que otro tipo de causas: "En cuanto a los tiempos de investigación y enjuiciamiento de la corrupción, a nivel de salidas judiciales, el tiempo promedio de tramitación es de 595 días, la segunda categoría más prolongada considerando los demás delitos".