Una delegación de opositores al gobierno de Hugo Chávez en Venezuela llegará la próxima semana a Washington para plantear su caso ante los organismos internacionales.
El alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, es uno de los líderes del grupo. El edil protagonizó a comienzos de julio una huelga de hambre para pedir ser recibido por el Secretario General de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza. Aunque Ledezma pide separar el caso de Venezuela de la crisis política que viven sus vecinos en Honduras, es evidente que el encuentro marcará un contraste entre el categórico rechazo de Insulza al golpe de estado en Tegucigalpa, y la tolerancia de las autoridades regionales ante las violaciones a los derechos humanos en el gobierno de Chávez.
- ¿Cuál es el argumento que planteará a la OEA?
- Llevamos un diagnóstico de las violaciones contra la constitución de Venezuela y una serie de pruebas de lo que denunciamos. Violaciones a los derechos humanos, abusos a la libertad de expresión, ataques al derecho a la propiedad, intervención del gobierno en los otros poderes del Estado, con un poder judicial que se desempeña como activistas de un partido político y un parlamento domesticado por el presidente. En definitiva, el quebrantamiento de la ley de oro de la democracia que es la independencia de los poderes públicos.
- ¿Qué estrategia jurídica van a plantear, más allá de detallar las violaciones a la constitución?
- Vamos a actuar en varios frentes. El primero es la secretaría general de la OEA, pero también recurriremos al Consejo Permanente del organismo y a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
- ¿Van a reunirse con congresistas estadounidenses?
- Todavía se está afinando la agenda. No lo descartamos.
- ¿Cómo cree que se percibe en Washington lo que ocurre en Venezuela y sus efectos en la región?
- Como una interferencia para impulsar una estrategia geopolítica que tiene como fin exportar un proyecto personalista.
- ¿Percibe preocupación en el Capitolio?
- La preocupación no debe limitarse a EE.UU. Cualquier democracia del continente debe dolerse por los riesgos que vive la democracia venezolana.
- Pero esta misión puntualmente va a EE.UU.
- Nosotros simplemente vamos a tratar de presentar el panorama a los distintos representantes y ver sus reacciones. No queremos adelantarnos ni hablar por ellos.
- El gobierno de Hugo Chávez fue elegido democráticamente, un factor que parece haber pesado en el análisis de Insulza en el caso de Honduras.
- La credencial de presidente no es una licencia para violar la constitución. Los presidentes tienen legitimidad de origen cuando son elegidos popularmente. Pero quebrantan su legitimidad de desempeño cuando actúan contra el estado de derecho. Por eso le pedimos a la OEA que no llegue tarde a nuestro país, como ocurrió con Honduras. Pedimos una intervención preventiva de la OEA, que venga a apagar la chispa antes de que se encienda la pradera.
- ¿Piensa que la situación puede hacer crisis en Venezuela?
- Lo que ocurrió en Honduras estaba anunciado desde el minuto en que el presidente Manuel Zelaya destituyó al jefe de las fuerzas armadas. La OEA debió actuar ahí. Eso es lo que queremos plantear en el caso de Venezuela. Que se haga un estudio de la situación jurídica para constatar que en nuestro país la autoridad se está saltando las reglas del juego.
- Muchos han visto en la forma de actuar del destituido presidente de Honduras, la repetición de una fórmula patentada por Chávez…
- Estos presidentes actúan como una franquicia del gobierno venezolano.
- ¿Qué le parece que Venezuela y Cuba reclamen por la democracia en Honduras?
- Eso es una caricatura. Ellos invocan el principio de autodeterminación de los pueblos cuando les conviene, pero traspasan las fronteras cuando quieren apalancar su revolución.
- ¿Cree que Zelaya iba encaminado en la misma trayectoria que Chávez?
- No lo digo yo. Él mismo lo proclamó en varios discursos.
- ¿Cómo ve la política de la Obama hacia Honduras, que en un primer momento apareció alineado con gobiernos que antagónicos?
- Una cosa son las políticas de Estado y otra las internas. Habría que ver si estamos en presencia de una política que tiene el sello personal de Obama. En todo caso, lo que se observa es una política del equilibrio. El Departamento de Estado se muestra ponderado.
- ¿Entonces le parece adecuada la respuesta?
- Por lo menos no cayó en la tentación. Ellos no estaban pidiendo entrometerse. Fueron Zelaya y Chávez los que clamaron por su participación.
- ¿Cree que la situación del secretario general, que está en proceso de buscar su reelección, ha afectado su desempeño?
- El secretario general está haciendo la tarea que le corresponde en Honduras. Eso no se puede ver como parte de una campaña. Sólo decimos que la OEA que es buena para Honduras debe ser buena para Venezuela. No quiero hacer valoraciones cuando estamos a las puertas de una gestión clave para nosotros. No quiero que mi respuesta se vaya a ver como una presión.