Mientras el país no avance hacia la autonomía fiscal, como lo propuso la Comisión Asesora Presidencial en Descentralización y Desarrollo Regional, que sugería como pilares la posibilidad de endeudamiento y tributos en cada territorio, las regiones seguirán dependiendo de los recursos que entregue el gobierno central, vía fondos de transferencia directa o dependiente de la ejecución de obras para financiar sus proyectos de inversión y gasto corriente.
Y este año la situación no es distinta. El gobierno y los parlamentarios deberán ponderar varios factores a la hora de mantener o modificar los presupuestos para cada localidad en 2017.
En inversión regional se destinan $ 1.225.408 millones, lo que representa un aumento de 2,5% en relación a este año. En total, poco más de US$ 1.800 millones, que se dividen en Inversión en los Gobiernos Regionales, funcionamiento de la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo, transferencias de la Subdere a los municipios y operación de los Gobiernos Regionales.
La inversión en los Gore involucra la mayor cantidad de recursos. Unos US$ 1.453 millones, cifra 2,1% superior a la disponible este año, destinados a los fondos de Desarrollo Regional (FNDR), de Apoyo Regional (FAR o también conocido como “espejo del Transantiago”), de Innovación para la Competitividad (FIC), de Inversión y Reconversión Regional (FIRR), y de inversión en Infraestructura de Educación (FIE).
El Fondo Nacional de Desarrollo Regional (de transferencia directa) es el de mayor volumen, con un incremento de 7,3% en relación a 2016 y un total de US$ 646 millones, a los que se suman US$ 62 millones como provisión, para eficiencia y emergencias.
En este ítem, las regiones con los presupuestos más generosos son Biobío -que también lidera los aumentos junto a Aysén-, la Metropolitana, La Araucanía, el Maule y Antofagasta.
Llama la atención que entre las zonas con mayor pobreza multidimensional, según los resultados de la encuesta Casen 2015, sólo La Araucanía tiene un flujo importante de recursos. Las regiones que tienen altos porcentajes de personas pobres, como Atacama, con un 26,3%; Coquimbo, con 23,9%; Los Lagos, con 23,2%; y O’Higgins, con 23%, no se ubican entre las prioridades en materia de recursos. Y aunque la variable ‘población’ es relevante para el cálculo, la Región de O’Higgins, por ejemplo, con 205 mil personas en situación de pobreza multidimensional y una población total de 926 mil personas, recibirá US$ 85 millones por FNDR, cifra muy inferior a La Araucanía, que tiene 277 mil personas pobres, con una población levemente superior al millón de personas.
“Tenemos que lograr un equilibrio entre el tamaño de las regiones y sus necesidades”, expuso el jefe de la bancada de diputados del PPD e integrante de la comisión de Gobierno Interior, Ciudadanía y Regionalización de la Cámara, Ramón Farías, quien agregó que “no siempre los tamaños equivalen a las carencias”. La presidenta de la comisión, la diputada socialista, Daniella Cicardini, justificó el incremento propuesto para el FNDR, afirmando que “un escenario económico complicado provoca ajustes”.
Los fondos regionales que se destinan de manera proporcional al FNDR, y aprobados por los Consejos Regionales, exhiben comportamientos disímiles en sus recursos. Por ejemplo, se destinan poco más de US$ 40 millones para inversión en Infraestructura para Educación (FIE), un 49,2% menos que este año. Además, los ingresos derivados por leyes especiales también caen, un 4,1%, totalizando US$ 156 millones. Sólo el Fondo de Apoyo Regional, conocido como “espejo del Transantiago” presenta un incremento importante, de 9,9%, sumando US$ 357 millones, mientras que los dineros comprometidos para la Inversión y Reconversión Regional (FIRR) y para la Innovación para la Competitividad (FIC) se mantienen invariables, con US$ 50 millones y US$ 64 millones, respectivamente.
Mirada especial con La Araucanía está "ausente", critican en el oficialismo
Un trato diferenciado, mejor focalización, "una mirada especial". Todo eso comprometió el gobierno con la Región de La Araucanía en el Presupuesto 2017. Los resultados de la encuesta Casen 2015, donde el territorio exhibe un 29,2% de pobreza multidimensional, obligaban al Ejecutivo a tener una respuesta, o al menos entregar señales.
Pero si bien el proyecto ingresado al Congreso considera US$ 147 millones para la zona, en el Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), la propuesta se enreda en otras áreas. Por ejemplo, en la transferencia específica a los gobiernos regionales, donde se destinan poco menos de US$ 120 millones, los recursos para el Plan Araucanía decrecen 3,2%, sumando poco más de US$ 28 millones.
A eso se suma que en la partida del Ministerio del Interior sólo aparecen como "recursos adicionales" poco menos de 4 millones y medio de dólares, en la Subsecretaría de Prevención del Delito. "No hay nada que evidencie el trato preferente que el gobierno dijo que tendría con la región", aseguró el diputado DC por la zona y jefe de la bancada, Fuad Chahín, quien agregó: "Estamos muy lejos del compromiso adquirido por la Presidenta con La Araucanía".
El gobierno destinará $ 269.000 en inversión per cápita para La Araucanía, muy lejos de la Región de Aysén, con $ 1.029.000 por persona; Magallanes, con $ 759.000; Arica y Parinacota; con $ 515.000; y Los Ríos, con $ 451.000. "El ministro Mario Fernández (Interior) se comprometió a revisar esta situación y se tendrán que reasignar recursos", demandó el diputado Chahín.