El error en el cálculo de las cuentas de la luz, que le costó el cargo al exministro de Energía, Diego Pardow, y al secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Energía (CNE), Marco Mancilla, ha vuelto a poner en la discusión el incremento del costo de la vida, que afecta especialmente a los segmentos más vulnerables del país.
Aquello viene precedido de un Índice de Precios al Consumidor (IPC) que anotó una variación mensual de 0,4% en septiembre, ubicándose dentro de las expectativas del mercado. Sin embargo, esto implicó que la inflación acumulada en el último año se acelerara desde un 4% en agosto hasta un 4,4% en el último año.
Según expuso el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en el mes destacaron las alzas en las divisiones de alimentos y bebidas no alcohólicas, así como la de recreación, deportes y cultura, y la disminución de la división de información y comunicación.
Justamente el incremento en el valor de los alimentos explicó que nuevamente la inflación fuera mucho más alta para el segmento más vulnerable de la población.
Así lo muestra un informe elaborado por el Centro de Investigación en Empresa y Sociedad de la Universidad del Desarrollo (CIES-UDD), ya que en el noveno mes del año el IPC para el primer quintil (o sea, el 20% de menores ingresos de la población) alcanzó un 0,48%, siendo la más alta entre sus comparables.
Asimismo, en la medición de los últimos 12 meses, la inflación para el citado grupo se empinó a un 4,7%, superando el IPC general y el del resto de los grupos.
En contraste, el alza del costo de la vida para el quinto quintil (el 20% de mayores ingresos) fue de apenas un 0,42% en el mes, con lo cual el IPC del último año ascendió a 4,2%. Ambos son los registros mínimos entre los cinco quintiles analizados.
El director del CIES UDD, Víctor Martínez, explica que dado el peso de los alimentos en el gasto de los hogares, el incremento afectó con mayor fuerza a los quintiles de menores ingresos, cuya canasta aumentó más que la de los hogares de mayores recursos.
"Además de los alimentos, varias otras divisiones aportaron de manera positiva al aumento del IPC en septiembre, aunque con una incidencia mucho menor. En conjunto, las cuatro divisiones con mayores contribuciones adicionales (Vestuario y Calzado; Vivienda y Servicios Básicos; Recreación y Cultura; y Restaurantes y Hoteles) alcanzaron un efecto total similar al de la división de Alimentos y Bebidas no Alcohólicas. Sin embargo, estas divisiones tienen un peso relativamente mayor en la canasta de consumo de los hogares de mayores ingresos, lo que atenúa parcialmente el impacto general del alza de los alimentos", agrega el economista.
En términos cuantitativos, continúa Martínez, el peso de los alimentos en la canasta del quintil de menores ingresos es 125% superior al de mayores ingresos, es decir, más del doble. En cambio, el conjunto de las cuatro divisiones mencionadas tiene solo un 13% más de relevancia en el quintil más rico en relación al más pobre.