Un alza de un 55% en sus utilidades es parte de los buenos números que lució la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP) al tercer trimestre. La convicción que seguirá esa senda es clara para su gerente general, Julio Friedmann, quien afirma a DF que "estamos bastante confiados que podamos terminar un año que tal vez va a ser el mejor año en la historia de la compañía".
Esto, dice, "no solamente por la última línea y la utilidad final, sino también en términos de producción total". La estatal proyecta una producción cercana a los 12 millones de metros cúbicos, lo que -asegura- "jamás la ENAP ha alcanzado en su historia". Aunque reconoce que en el último trimestre pueden pasar muchas cosas, esperaría que terminaran el año con una utilidad en torno a los US$ 600 millones.
Friedmann es optimista y asegura que están mejor preparados para lo que viene. Sin embargo, sincera que en el plan anual de gestión para 2026 están proyectando “un año positivo, pero más difícil” que el actual. Según explica, principalmente por factores externos: "Hay varias refinerías que se están construyendo en el mundo, que están entrando en operación, eso va a provocar y está provocando un aumento mundial de la oferta de productos terminados”.
El timonel añade que una de las prioridades que tomará más fuerza el próximo año será la competitividad de la compañía en materia de costos. Además, están preparando una propuesta que llevarán a final de año al directorio de una reconfiguración interna organizacional de la firma, la cual tiene que ver con una búsqueda de mayor seguridad y de mejor productividad.
Pero antes de final de año ya se esperan novedades. Por ejemplo, en cuanto a las conversaciones con YPF, donde dice que “nuestras refinerías se han seguido preparando y nuestra logística para articular ahí eventualmente una exportación y darle una salida al Pacífico, al crudo de Vaca Muerta”. También cumplirían hitos en torno a la planta de hidrógeno verde ubicada en el complejo industrial Cabo Negro para que el primer trimestre de 2026 esté produciendo formalmente.
- Contemplan inversiones por alrededor de US$ 4 mil millones en cinco años y, de ese total, se tomaron US$ 700 millones este año. ¿Cuál será el nivel de inversión para 2026?
- El próximo año estamos hablando de una cifra que va entre los US$ 700 y US$ 800 millones. Hay ciertos proyectos que queremos hacerlos en asociación con terceros. Parte de nuestro crecimiento y nuestras mejoras tienen que ir de la mano con el mundo privado. Y eso puede significar aporte de capital, por ejemplo, que se complementen nuestras inversiones, pero también estamos mirando crecimiento inorgánico tanto en nuestra área de downstream logística refinación como en nuestra área de upstream, es decir, la producción de crudo.
Como tenemos un balance hoy más saludable y robusto, se nos abren oportunidades que antes no teníamos. Y esas oportunidades tienen que ver justamente con el crecimiento inorgánico, que básicamente es comprar activos. Estamos con una caja en este momento saludable, pero no queremos perder la cabeza.
Por lo tanto, comprar activos que hemos definido que se tienen que integrar muy bien con nuestro core business y que vayan totalmente alineados con los objetivos que nos hemos propuesto, que es aumentar nuestra producción de crudo y nuestras reservas internacionales de crudo. Queremos seguir mejorando el estándar de nuestra operación en refinería y queremos potenciar el negocio logístico, lo que va a significar inversiones nuevas en áreas como terminales y almacenamiento.
- El Gobierno solicitó US$ 400 millones en 2023. ¿Ya se devolvió el total de recursos?
- Siguen faltando US$ 100 millones. Esta es una materia muy importante. El desafío de inversión en nuestro negocio sigue siendo alto. Después de 75 años, donde la mayoría de los años han sido de pérdidas, hay mochila en esta empresa y no hay que esconderlo. Hay fuertes necesidades aún. Cuando eso esté ejecutado, nuestras necesidades van a ir bajando y podemos tener más espacios financieros. Pero lo que vemos en el corto plazo es que queremos seguir con el compromiso que todos estos planes sean sin pedirle ningún peso adicional al Fisco.
- Pero también se solicitó el retiro del 50% de las utilidades correspondientes a la gestión 2024.
- Tuvimos que pagar US$ 204 millones que ya se retiraron en su totalidad.
- De cara a la segunda vuelta presidencial, ¿preocupa que un nuevo Mandatario siga la tónica de pedir recursos?
- Sería mentir decir que no estoy preocupado, independientemente el Gobierno que toque, pero en ENAP hemos demostrado ser capaces. Es una empresa que no le queremos dar dolores al Estado, a la futura o futuro ministro de Hacienda, y hemos sustentado un plan de largo plazo y corto plazo que se sustenta en nuestra propia capacidad de generar recursos. Por lo tanto, la reinversión del 100% de nuestras utilidades es la hipótesis de trabajo con la cual hemos estructurado estos planes y es lo que ha permitido ponernos metas ambiciosas.
- ¿Pero preocupa un programa u otro candidato respecto a la relación con las empresas estatales?
- En lo personal, como Julio Friedmann, mi mayor expectativa es que sea quien sea el representante del dueño que llegue, que podamos seguir trabajando en fortalecer esta compañía. Más que la preocupación de un programa, la preocupación es que podamos seguir trabajando en una dirección de seguir poniendo el foco ético y de la eliminación del clientelismo.
Lo que esperaría es tener un representante del dueño en que podamos trabajar con esa misma visión de mantener esta compañía aislada de los ciclos políticos, entendiendo que la ENAP puede prestarse bajo ciertas condiciones para apoyar políticas sociales del gobierno y eso es totalmente lícito. Pero reconociendo eso, terminar con el clientelismo, y seguir con la disciplina que hemos tenido de alto estándar ético, de encontrar inaceptable ciertas situaciones independientemente del estamento donde se produzcan.
- ¿El próximo Presidente debiese terminar con aprovechar la bonanza para pedir recursos?
- Construimos todo un plan de fortalecimiento de esta compañía para enfrentar estas mochilas grandes que tenemos en función de poder reinvertir el 100% de nuestros recursos. Proyectamos un flujo de caja mucho más apretado el próximo año, y queremos seguir manteniendo la deuda a raya y ojalá seguir disminuyéndola. Entonces, todo eso lo vemos muy difícil de conseguir si no podemos capitalizar el 100% de nuestra utilidad. El dueño es soberano de decidir lo que haga en materia de retiro de utilidades y eso también es una realidad (…) Espero tener la posibilidad de -quien sea la inquilina o el inquilino- poder dar a conocer con más detalle lo que hacemos, pero que también se entienda que tiene un valor estratégico no solamente para la compañía, sino para el país.