La institución de educación superior estatal presentó una consulta de pertinencia para que la autoridad sectorial defina si las obras contempladas deben o no ser sometidas a evaluación ambiental.
En el documento, al que tuvo acceso Diario Financiero, la universidad sostuvo que no se configura ninguna de las hipótesis legales que obligan el ingreso del proyecto al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental.
El plan es que el edificio sea sede de las carreras de Arquitectura, Diseño, Teatro, Gestión en Turismo y Cultura, y Cine de la Universidad de Valparaíso.
“Dada las características del encargo, la relevancia histórica del edificio, la circunstancia de carreras del ámbito de las artes creativas de una universidad pública, el magnífico barrio donde se inserta y la importante envergadura del proyecto, constituye un proyecto de relevancia para la ciudad y la seguridad de altas expectativas ciudadanas y uno de los proyectos más relevantes de la UV”, dijo la entidad en su consulta de pertinencia, documento en que informó que el monto de inversión del proyecto se estima en US$ 14.073.966.
Explicó que la intervención prevista pretende rescatar y recuperar al máximo los valores arquitectónicos del edificio, preservando su valor histórico y su integración urbana, compatibilizando el desarrollo institucional con la protección del patrimonio.
“El proyecto procurará, junto con la recuperación de un magnífico edificio patrimonial, la puesta en valor del también valioso barrio donde se inserta”, dijo la institución.
La obra, denominada Fábrica Creativa UV Facultad de Arquitectura, considera intervenciones estructurales de alcance limitado, orientadas exclusivamente a habilitar nuevas circulaciones interiores y a reforzar o consolidar sectores específicos que presentan deterioro por el paso del tiempo.
La compraventa
La universidad aún no es dueña del histórico inmueble: viene negociando su adquisición al grupo Carozzi desde hace al menos cinco años, en un monto que se mantiene bajo reserva.
La operación estaba avanzada, pero, a mediados de este año, la empresa ligada a la familia Bofill anunció su decisión de desistirse del traspaso del edificio a la universidad.
Su decisión se dio tras conocerse una serie de observaciones de la Contraloría Regional de Valparaíso.
Según conocedores, la consulta de pertinencia presentada sería parte del trabajo que está realizando la universidad para subsanar los cuestionamientos planteados por la autoridad contralora. Tras esto, dicen las mismas fuentes, se podría concretar la operación de compraventa.
Consultada la empresa ligada a la familia Bofill, la compañía no emitió declaraciones.