Ganancias de Bank of America y Wells Fargo caen por exposición a la debilitada industria energética

A diferencia de JPMorgan, el banco más grande de EEUU que batió las previsiones de los analistas con sus resultados del miércoles, Bank of America, el segundo actor de la industria anunció ayer una ganancia menor a la esperada para el primer trimestre de 2016. El decepcionante resultado respondió a la desaceleración de la economía mundial, la caída en el negocio de intermediación y colocación de valores y las pérdidas en préstamos en el sector energético.

BofA reportó beneficios por US$ 2.680 millones, lo que supone un descenso de 13% frente al mismo periodo del año anterior. La institución informó así de un beneficio por acción de U$ 0,21, lejos de los U$ 0,25 que obtuvo en los primeros tres meses de 2015.

Aunque el banco redujo sus gastos en 6,4% a US$ 14.800 millones, sus ingresos cayeron aún más, en 6,7% a US$ 19.500 millones.

BofA, una de las entidades más expuesta a la industria del petróleo y el gas, destinó además US$ 997 millones a provisiones por riesgo de crédito, 30% más que en 2015.

Para hacer frente a este escenario BofA anunció que evalúa realizar mayores recortes de costos, incluyendo más rebajas en el número de trabajadores y sucursales. Los despidos se sumarían a las 10 mil plazas que fueron cerradas el año pasado. Todavía “hay mucho más que se puede hacer”, dijo el director ejecutivo de la entidad, Brian Moynihan.

Las acciones del banco abrieron ayer con una caída de al menos ocho centavos, aunque al final cerraron con un alza de 2,54% a US$ 14.

Wells Fargo a la baja

La tensión en el mercado de la energía también tuvo consecuencias en Wells Fargo, el tercer banco de EEUU. Aunque registró resultados superiores a los esperados en el primer trimestre, tuvo que aumentar a US$ 1.000 millones las reservas destinadas a cubrir los impagos de las empresas del sector de energía.

Sus ganancias retrocedieron 5,9% a US$5.460 millones, equivalentes a US$ 0,99 por acción. De todos modos, este resultado estuvo por sobre las proyecciones de los analistas, que esperaban beneficios de US$ 0,97 por papel. El volumen de sus negocios aumentó 4,3% a US$ 22.200 millones y las reservas alcanzaron  US$ 1.060 millones.