Presidente de Paraguay renuncia para entrar al Senado y abre flanco de crisis política
La oposición apuesta por bloquear la jugada del mandatario, quien el año pasado intentó sin éxito correr por la reelección.
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Tras gobernar Paraguay por casi cinco años y luego de haber asegurado la continuidad de su partido en el poder, el presidente Horacio Cartes anunció ayer su renuncia al cargo, con miras a asumir el escaño en el Senado que ganó en las elecciones de abril.
En una carta enviada al Congreso, y que también subió a Twitter, el mandatario manifestó que su salida busca cumplir “la decisión democrática del pueblo expresada en las urnas, que me eligió para el cargo de senador”. Agregó que “ratifico mi propósito de seguir sirviendo a nuestro país y a nuestra gente con dignidad y patriotismo desde el Poder Legislativo”.
Ambas cámaras deberán analizar esta semana la renuncia de Cartes. Un grupo de legisladores afines al mandatario ya solicitaron debatir el tema mañana, lo que dejaría al jefe de Estado fuera de la vida política por un mes, para asumir su nuevo rol el 1 de julio.
En tanto, la presidencia quedaría vacante hasta el 15 de agosto, con el poder en manos de la hoy vicepresidenta Alicia Puchento, que se inscribiría como la primera mujer en liderar el Ejecutivo en la historia de la nación latinoamericana. En esa fecha asumirá el presidente electo Mario Abdo Benítez, del oficialista Partido Colorado, quien triunfó el 22 de abril.
Ese, al menos, es el plan de Cartes. La oposición –que integra el expresidente Fernando Lugo, destituido en 2012 y hoy presidente del Senado– ya adelantó que se opondrá a la renuncia. Los colorados cuentan con 20 votos en la cámara alta, tres menos de los necesarios para aprobar la moción; en la Cámara de Diputados, en tanto, el oficialismo tiene sólo 18 escaños y requiere 41.
De rechazarse la renuncia, Paraguay, el país de mayor crecimiento económico de América Latina, podría enfrentar una crisis política sin precedentes.
Votos en duda
La llegada de Cartes al Senado es vista como una forma de aferrarse al poder, tras un intento fallido por buscar la reelección. El año pasado, la discusión de un proyecto de reforma para permitirle volver a competir por la presidencia generó violentas protestas, que terminaron con el Congreso casi incendiado. El mandatario dio pie atrás, pero postuló a un cargo en el Legislativo.
Su nuevo intento tampoco vino sin polémicas. El sector de Lugo, el izquierdista Frente Guasú, recurrió a la justicia para frenar la candidatura del jefe de Estado que, según ellos, viola la Constitución. El sector argumenta que los expresidentes deben pasar a ser senadores vitalicios, no activos. El caso llegó incluso al Supremo Tribunal Electoral y la Corte Suprema, pero ambas instancias fallaron a favor de Cartes.
Ayer el senador Carlos Filizzola, quien preside País Solidario, uno de los que componen el FG, manifestó que “no vamos a aceptar la renuncia y el juramento del presidente Cartes. Es una candidatura inconstitucional. Él no podía haber sido candidato a senador”.
Agregó que, pese a los reveses judiciales, “nuestra postura es inalterable. No se hizo caso a nuestra impugnación y se hizo algo que transgrede la Constitución (...) Cartes, desde que se transformó en candidato, comenzó a ejercer dos cargos”.
Nuevo gobierno
Los enfrentamientos políticos en la transición tienen el potencial para golpear a la futura administración de Benítez, quien criticó a Cartes durante la campaña, pero se ha acercado a él tras la victoria.
La agenda del nuevo mandatario incluye una reforma al sistema judicial, en el país más corrupto de la región, detrás de Venezuela. Pero también enfrenta desafíos no superados por sus antecesores: cerca de un cuarto de los 6,9 millones de paraguayos vive bajo la línea de la pobreza, y el narcotráfico y la guerrilla dominan la frontera con Brasil.
Alicia Pucheta se alista para ser la primera presidenta del país
Cuando el Congreso de Paraguay confirmó a Alicia Pucheta como vicepresidenta del país, la abogada ya se perfilaba como la primera mujer que llegaría a dirigir el Ejecutivo. Conocida por su cercanía al presidente Horacio Cartes, Pucheta ingresó al gobierno a inicios de este mes, tras renunciar a su cargo como ministra de la Corte Suprema y en reemplazo de Juan Avara, quien dimitió para pasar al Senado. Para esos días, el jefe de Estado ya había ganado su propio escaño en la cámara alta, pese a los intentos de la oposición por frenar su campaña.
"Me siento muy honrada, no sólo como ciudadana, sino como mujer, madre, maestra", manifestó el 9 de mayo al asumir como vicepresidenta. "Me comprometo a trabajar por el pueblo, para el pueblo y con el pueblo; articular todos los programas entre el gobierno saliente y entrante".
A sus 68 años, la jurista ya había hecho historia, cuando se convirtió en la primera mujer en ser ministra del mayor tribunal paraguayo. Llegaría a presidirlo en 2007. Desde esa institución, el año pasado visó la postulación de Cartes al Senado, cuando la oposición lo llevó a la justicia alegando inconstitucionalidad. En 2008, esgrimió argumentos similares a favor del expresidente Nicanor Duarte, también del Partido Colorado, cuando él quiso ser senador.
Tiene una carrera de más de 35 años en la justicia, donde comenzó como practicante y dactilógrafa, para luego ser procuradora, defensora y fiscal. Pero su experiencia política es nula y, si todo resulta como lo planea Cartes, deberá enfrentar durante 90 días a una oposición enfurecida por las acciones del mandatario para mantenerse en la vida política.