Aumenta la tensión entre China y Japón por islas en disputa

China y Japón citaron a sus embajadores ayer para discutir las crecientes tensiones entre ambos luego de que el primero anunciara una zona de identificación de defensa aérea sobre el Mar del este de China, área que incluye a las disputadas islas Diaoyu/Senkaku.

En una audiencia frente al parlamento, el primer ministro japonés Shinzo Abe manifestó estar “muy preocupado, ya que es un acto profundamente peligroso que podría causar consecuencias no intencionadas”. Las inhabitadas islas son administradas por Japón, pero reclamadas también por China.

“Estamos decididos en defender el espacio aéreo y marítimo de nuestro país”, declaró Abe. “Las medidas de la parte china tienen absolutamente ninguna validez para Japón”, agregó.

Horas más tarde, el ministro de Relaciones Exteriores nipón afirmó que no reconocerían la demarcación.

Hace tres días, Beijing publicó un mapa del territorio en cuestión y una serie de reglas que establecen que todos los aviones que transiten por dicho lugar deben identificarse frente a las autoridades chinas y, en caso contrario, estarán sujetos a medidas militares de emergencia.

Durante la tarde, Akitaka Saiki, viceministro de Relaciones Exteriores japonés, citó al embajador chino Cheng Yonghua para expresar en persona su molestia por el anuncio y exigir que el país revoque la decisión. Cheng rechazó la solicitud de eliminar las medidas.

“China cree que es el lado japonés el que debería retirar su demanda poco razonable”, aseguró Cheng.

Por su parte, la segunda economía del mundo convocó al embajador japonés y advirtió a Tokio que “dejara sus palabras y acciones que crean fricción y dañan la estabilidad regional”, sostuvo el Ministerio de Relaciones Exteriores chino.

Corea del Sur y Taiwán también se quejaron por la delimitación china. Parte del área se superpone a la zona de defensa aérea surcoreana e incorpora unas rocas controladas por Seúl y, al igual Tokio, Taipei reclama soberanía sobre las islas.

En tanto, Estados Unidos se mostró preocupado por la situación y afirmó que éste era un intento desestabilizador de querer cambiar el status quo en la región.